Capítulo 8

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-Hey Alex.- Saludé desatando su reacción- Te extrañe.- Susurré en cuanto su cuerpo se estrechó de forma cálida contra el mío. Sus brazos me apretaban con fuerza y pude sentir como sus lágrimas humedecían mi camiseta.

-Estas aquí.- Su rostro se enrojeció de inmediato a causa de las lágrimas que me encargué de limpiar.

-Así es enana, ¿Cómo estás? ¿Qué tal la escuela?.- Una mueca se formó en su rostro ante la pregunta- ¿Qué?

-No estoy en la escuela.- Fruncí el ceño dirigiendo la mirada a mi madre quien evadió el contacto visual.

-Ve a tu habitación Alex. Tengo que hablar con tu hermana a solas.

-Pero acaba de llegar.- Refutó la pelirroja cruzándose de brazos.

-Obedece ahora.- La voz de mi madre fue mucho más dura y mi hermana solo apretó los puños a sus costados antes de caminar de regreso a su habitación y dar un portazo.

-¿Por qué no está en la escuela?

-¿Qué no ves a tu alrededor? No hay dinero em está casa.- Dijo pasando de mí y tomando asiento en el sofá.

-¿Qué hay de una escuela pública? Envíe dinero hace cuatro meses, una gran suma. Podrías haberlo utilizado para pagar libros o algo por el estilo.- La vi coger la copa de vino y darle un largo trago- Claro. Ya veo porqué.- Gruñí.

Era la misma imagen que vi durante el último año antes de marcharme con los chicos. Ella se había convertido en una alcohólica en cuanto mi padre nos dejó luego de una pelea que tuve con él. Siempre estaba borracho y apostaba cada centavo que traía en los bolsillos en el bar en donde bebía jugando póker con sus amigos aún más mediocres. Estaba cansada de aquella mierda y una noche, cuando se atrevió a ponerle una mano encima a Alex lo golpeé sin poder soportarlo. Huyó de casa esa misma noche y desde entonces no sabemos nada de él.

-No quiero un discurso tuyo. Te fuiste olvidándote de nosotras y de ella.

-¡Estaba harta! ¡Tú y toda tu mierda terminaron por hartarme!.- Exclamé con enfado tomándola por sorpresa- Deberías intentar salir de éste agujero, si no lo haces por ti al menos hazlo por Alex. Mierda, mamá mírate.

-¿Crees que no lo sé? Sé que soy un asco, pero no puedo salir de esto.- Sus ojos se cristalizaron y yo solté un largo suspiro.

-Si puedes.- Di un paso en su dirección- Deja que ayude ¿Sí?.- Ella no me miraba simplemente veía al frente, la observé beber de la copa otra- Como quieras. Pero sabes perfectamente que él no va a volver mamá. No lo hará.

-¿Por qué estás aquí?

-Por Alex. Ella no merece nada de esto, no se merece que la arrastres contigo.- Rugí entre susurros- Pediré su custodia si es necesario. Creo que puedo darle una mejor vida.

-Pues adelante. Quiero ver que lo hagas.- Su respuesta no hizo más que enfadarme más.

Me di media vuelta y caminé por el corredor hasta estar frente a la puerta de la que alguna vez también fue mi habitación. Alex estaba sentada en el suelo con su espalda recargada contra la cama mirando al frente, me adentré en el cuarto y me senté junto a ella.

-¿Ya te vas?.- Preguntó viéndome fijamente.

-Sí.- Susurré acariciando su cabello- Pero voy volver por ti. Si tenemos suertes quizás puedas venir conmigo dentro de un tiempo.

-¿Qué hay de mamá? ¿La dejaremos aquí para que se hunda en toda su.....basura?

-No lo sé Alex. Ella se niega a recibir ayuda, no puedo hacer nada contra eso.- Ella sólo asintió y recargó su cabeza contra mi hombro- Vendré a verte pronto. Quizás podamos salir a tomar algo de aire fresco, por ahora cuídate y si tienes algún problema busca a Megan ¿De acuerdo?

-Esta bien.- Otro asentimiento de su parte y una media sonrisa en sus labios- Te quiero.

-También yo enana. Nos vemos pronto.- Besé su frente y la abracé una última vez antes de ponerme en pie.

Abandoné la casa sin mirar atrás y quité de mi mejilla una vaga lágrima que se había deslizado por ella. Crucé la cerca y comencé a caminar calle arriba con las manos en los bolsillos de mis jeans con la vista clavada en la acera ajena a todo lo que sucedía a mi alrededor. Un coche de detuvo junto a mí pero no le presté mayor importancia hasta que oí las puertas cerrarse y una voz familiar llamarme.

-¡Lauren!.- Detuve mi caminar para girarme a ver a Santiago- ¿Estás bien, amiga?.- Se acercó a mí y puso ambas manos en mis hombros.

-Lo estoy.- Murmuré fijando mi mirada en Camila quien estaba de pie junto al auto mordiendo su labios inferior sin saber que hacer- ¿Qué hacen aquí?

-Beck nos dijo dónde estabas. Pensó que yo lo sabía pero no me lo dijiste.- Dijo esta vez con reproche frunciendo el ceño- Soy tu mejor amigo Lauren.

-Lo sé, lo siento. No quería preocuparte, eso es todo.

-Pero lo hiciste. Nos preocupaste demasiado.- Esta vez fue el turno de la morena para hablar- ¿Nos vamos?

-Regresemos.- Santi pasó un brazo por mis brazos y me guió hasta el auto.

Durante el trayecto, solo una idea rondó mi cabeza. Camila estaba preocupada por mí, y no sabía que podía significar eso exactamente.

...

Mis ojos permanecían sobre la ojiverde quien estaba sentada en una de las mesas junto al resto de los chicos de la banda bebiendo un poco y recuperando el ánimo que había perdido esta mañana. Después de volver yo había mantenido mi distancia y no habíamos cruzado una sola palabra durante el resto del día.

-Debes dejar de verla tan fijamente cariño.- Ray me miró arqueando ambas cejas divertido.

-Lo sé pero no puedo evitarlo.

-Así que lo estás admitiendo. Ella te gusta.- Dijo entre susurros y yo solo guardé silencio desviando la mirada- Espera, ¿Hubo algo entre ustedes dos?.- Mi evasión de cualquier contacto visual me delató otra vez- ¡No puedo creerlo!

-Baja la voz, no hagas un escándalo Ray, por favor.- Mi tono fue más que suplicante y él asintió con obediencia.

-¿Hace cuanto fue?

-Dos años.- Hace dos jodidos años y aún no podía librarme de las cenizas.

-Puede haber pasado el tiempo Mila, pero déjame decirte que entre ustedes dos aún hay fuego.- Me dio un guiño que sacó una carcajada.

-¿Recuerdas a Lee, verdad?

-La gran pregunta aquí es si tú lo recuerdas amiga.- Gruñí por lo bajo y esta vez fue su turno de reír- Es un buen chico, y a decir verdad es bastante guapo. Pero ella.....- Señaló a Lauren sutilmente- Supera todos los límites de belleza.

-¿Por qué estás tan callada?.- La voz de Lauren fue más ronca de lo normal y sentí su pecho vibrar bajo mi oído.

-Solo estoy escuchando.- Las yemas de sus dedos dejaban pequeñas caricias en mi hombro descubierto.

-¿Qué cosa?.- Alcé la mirada para hacer contacto visual con ella.

-Tu corazón.- La vi sonreí de medio lado- Es como si....tratase de charlar conmigo.- Solté una risa boba de esas que sólo tenía cuando estaba junto a ella.

-Es posible que esté tratando de enseñarte cuanto me emociona estar junto a ti.

Todos estaban fuera y habíamos logrado obtener privacidad así que estábamos encerradas en mi cuarto, nuestros cuerpos tendidos y enredados entre las sábanas de mi cama mientras disfrutábamos de las caricias que ambas nos brindábamos.

Uno de mis momentos favoritos junto a ella.

***
I'm here again ;)

P.D: Como siempre disculpen los errores gramaticales y ortográficos.

Vapor (Camren G!P) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora