El tráfico era enorme a esa hora y no avanzaba más de dos metros en quince minutos. Los conductores de la maldita ciudad parecían estar en mi contra impidiéndome el paso para retrasarme. Continúe tocando la bocina golpeando el volante de vez en cuando con molestia mientras gruñía entre dientes revisando la hora en mi teléfono cada cinco minutos. Estábamos atascados en el tráfico a medio vestir, luciendo desaliñados mientras intentábamos llegar a tiempo luego de mi despedida de soltera.
-Tranquila Lern. Vamos a llegar.- Santiago intentó tranquilazarme pero me giré fulminándolo con la mirada.
-Les dije que sería una mala idea. Si no estoy a tiempo para mi propia boda están muertos, se los advierto ya.- Rugí mirando al frente aparentando mis puños alrededor del volante.
-Debes admitir que nos hemos divertido. Hollywood esconde buenos lugares y unas chicas espectaculares.- Mis ojos viajaron a través del retrovisor el dirección a Roger- ¿Qué?
-Si mencionas eso frente a Camila voy a cortar tus pelotas ¿Me oyes?.- Él tragó con fuerza y asintió repetidas veces.
-Soy testigo de que decidiste volver a tu habitación de hotel muy temprano para nuestro gusto y ni siquiera permitiste que una de las strippers se te acercara.
-¡Aburrida!.- Exclamaron los tres al mismo tiempo.
Mi teléfono comenzó a sonar en alguna parte del coche y les ordené ayudarme a buscarlo con desesperación. Tenía que atender la llamada pues ya llevábamos diez minutos de retraso y eso me demandaba dar explicaciones.
-¡Lo tengo!.- Beck lo agitó en el aire y me lo tendió.
-¿Hola?
-¿Dónde demonios estás? Y espero tengas una buena explicación porque Camila ya está trepando las paredes.- La voz de Dinah se escuchó en un susurro cargado de irritación desde el otro lado de la línea.
-Estamos atascados en el tráfico. Estoy a unos cuantos minutos de allí, no tardo.- Dije mientras aceleraba a fondo en cuanto tuve el camino libre.
-Date prisa porque no sé cuanto mas podemos contenerla. Esta hecha un lío de nervios.- Sonreí mientras me imaginaba a la castaña dando vueltas en la habitación.
-¿Cómo luce?
-Ella está hermosa Lauren. Tienes mucha suerte, comparte mis dotes.- Rodé los ojos ante su egocentrismo.
-Bien, estaré ahí en cinco minutos. Adiós.- Finalicé la llamada y acelere otra vez a fondo.
No tenía más tiempo que perder así que me detuve abruptamente haciendo a los neumáticos chirriar frente a la casa costera que habíamos alquilado para celebrar la boda. La castaña me había asegurado que se trataba de una exageración pero yo no había desistido de la idea. Además la banda cada vez tiene más excito y eso significa más ingresos para nosotros lo que nos permite darnos unas cuantas comodidades extra. Baje del auto acomodando mi ropa al igual que los chicos y nos acercamos a la entrada principal en donde Dinah nos abrió la puerta.
-Te felicitó. Fueron sólo tres minutos.- Dijo con ironía pero yo solo la ignoré adentrándome en la casa en donde todos los encargados del banquete corrían de un lado a otro afinando los últimos detalles- ¡La novia ya está aquí, terminemos con esto!
-¿Ya todos están aquí?.- Pregunté mientras la rubia me guiaba al exterior de la casa.
El jardín era amplio lleno de verde césped y flores, en el fondo una cerca de madera que conectaba la arena con el jardín dando paso a la resplandeciente costa. Tal y como Camila lo había imaginado, es decir, perfecto.