El coche dio vueltas en círculos alrededor de la arena esperando a que las fans al exterior terminar de entrar en el recinto y así poder evitar una avalancha de ellas sobre nosotros al descender. Lennon estaba muy distraído con sus juegos de video y Leo yacía sentado a su lado embobado con las imágenes en la consola de su hermano esperando pacientemente su turno para jugar. Yo alternaba mi mirada entre ellos y la pequeña sentada junto a mí sin perder a ninguno de vista a pesar de que estuviésemos en un espacio reducido, es mi instinto de madre. Cassie estaba acurrucada contra mi costado con rastros de lágrimas en sus rodadas mejillas mientras succionaba con fuerza su pulgar.
-Ya casi llegamos señora.- Preston me veía a través del retrovisor y yo asentí.
-¿Listos para ver a mamá?.- Los niños de inmediato dejaron de lado todo lo que hacían ante la sola mención de mi esposa.
-¿Cuántas personas son esta vez?.- Leo pregunto algo intimidado. No le gustaban los lugares con demasiada gente, y digamos que los conciertos de Black Panthers reunían a una gran multitud.
-No seas llorón, solo son personas.
-Lennon.- Reprendí al mayor quien se disculpó con la mirada- Tranquilo cariño, estarás cerca de mi todo el tiempo ¿Sí?.- El pequeño de siete años asintió justo al tiempo en que el auto se detenía.
La puerta del coche fue abierta para mí y en el exterior había dos hombres probablemente formaban parte de la seguridad del lugar y su misión justo ahora era ayudarme a cruzar la calle hasta estar a salvo al interior del recinto en que la banda de mi esposa y hermano estaría tocando dentro de poco. Black Panthers estaba de regreso en Los Ángeles para cerrar su cuarta gira después de mucho tiempo viajando por el mundo. Hace exactamente cinco meses no vemos a Lauren y a decir verdad estoy bastante ansiosa, la extraño demasiado. Aunque creo que Cassie la extraña mucho más.
Observé a la pequeña de tres años prendida a mi mano dando ligeros brincos contra el asfalto mientras caminábamos buscando conseguir que sus zapatillas encendieran las coloridas luces a sus costados. Esa había sido idea de Dinah, mi hija se puede pasar horas brincando solo para ver las luces parpadear un par de segundos. Caminaba con rapidez por los alrededores de la arena asegurándome de que Lennon me seguía de cerca sin soltar la mano de Leo quien insistía en poder caminar solo pues ya tiene siete. Esa no es suficiente excusa para mí.
Equipo de maquillaje, sonido y hasta pirotecnia caminaban de un lado a otro por el lugar intentando tener todo en orden para el comienzo del último show.
-Es aquí.- El guardia de seguridad nos detuvo frente al camerino de los chicos y yo le sonreí agradecida antes de adentrarme en la habitación.
-¡Tío Roger!.- Leo corrió al encuentro del pelinegro chocando sus cinco.
-¡Pero si estás enorme!.- Exclamó el de la característica coleta en el cabello para después anunciar nuestra llegada a todos- ¡Escuchen, la familia de Lauren está aquí!
De inmediato todo el equipo de la banda comenzó a acercarse para saludar pero yo no veía a Lauren por ningún lado. En cuanto Cassie notó cómo todas las personas presentes se nos acercaban escondió se aferró más a mí escondiendo su rostro en mi cuello. Ella solo estaba interesada en ver a su madre.
-¡Mila!.- Ally de acercó para besar sonoramente mi mejilla.
-¿Cómo estás Ally? ¿Qué tal la gira?.- Allyson si había acompañado a Santi durante todo el tour, pues ellos sólo tenía a Michelle así que la falta de estabilidad no les afectaba demasiado.
-Fue agotador pero bastante......interesante.- Murmuró algo pensativa- Lo mejor estuvo en nuestro paso por Italia, hay lindos hombres en ese país.- Susurró lo último para ambas y yo reí.