-¿Qué? - dije en cuanto oí que iríamos a su casa.
- Mi casa, queda cerca de aquí, a menos que tu casa quede aún más cerca.
Mi celular empezó a sonar con la notificación de un mensaje. Lo saque de la bolsita de plástico en la que lo había metido para evitar que se mojara.
Rayos, el celular de Marco.
- Marco ¿tu celular?- dije preocupada.
- Esta bien, cuando caí en la banca se deslizó quedando a un lado del asiento, no le cayó agua por suerte.
Suspire aliviada -no quería tener que pagarle un nuevo teléfono- y por fin pude leer el mensaje.
Mamá: Donde estas Meri? Te dije que hoy llegaban tus tíos Henry y Ursula, te estamos esperando, apurate!!!!
Joder. Olvide por completo que llegarían hoy, ahhhhh!!! No quiero ir a casa.
- Entonces ¿tú casa o mi casa?- pregunto Marco sacándome de mis pensamientos.
- Tu casa.- no me lo pensaría dos veces.
- ¿Y ahora porqué tan convencida?- tomare eso como la primera pregunta del día.
- Me acaba de llegar un mensaje de mi mamá, al parecer mis tíos llegaron, mis tíos son geniales pero tienen unos hijos que son unos carajitos con patas, apenas tienen 2 años y son como el demonio de Tasmania, cuando estoy con ellos tengo que hacerlas de niñera, y la verdad no me gustan, de por si no me gustan los niños, y menos ellos, no quiero ir a casa, volveré en la noche, cuando me asegure que Lu u otro de mis primos mayores este con ellos, sola no gracias, si yo soy jodida ellos son 5 veces peor.- solté todo muy rápido, apenas y me dio tiempo de respirar, que estuviera temblando por el frío tampoco ayudaba.
Marco solo asintió y sigo conduciendo.
Llegamos a un edificio de departamentos. Él bajo, rodeo el auto y me abrió la puerta para bajar también, en definitiva hace mas frío aquí que dentro. ¡Carajo! Fue muy mala idea hacer esto tan temprano. Ambos estábamos temblando, y en silencio, si hablábamos apuesto a que hubiéramos escuchados nuestros dientes rechistar.
Entramos y fuimos directo al ascensor. Piso 12 pulso Marco.
Llegamos y habían dos puertas, una al lado derecho y otra al izquierdo, él fue directo a la izquierda y yo lo seguí, por donde íbamos dejabamos un rastro de chorros de agua, pobre personal de limpieza, enserio lo siento.
En cuanto abrió la puerta me dejó pasar a mi primero, ni bien puse un pie dentro una bola de pelos gigante empezó a ladrarme, no corrió hacia mi, ni tampoco ladro como queriendo jugar, mucho menos movia su cola, estaba en modo de defensa invitandome a irme, me daba miedo que se pusiera en modo ataque. Rápidamente me escondi detrás de Marco, lo use como escudo ante el perro molesto.
- ¡Vaca!- grito Marco.- es una amiga, viene conmigo, no le hagas nada.- el perro siguió ladrando.- lo siento, no le gustan los extraños, esperame aquí un momento.- se acerco hasta ¿Vaca? Bueno se acerco hasta la vaca y sin cargarlo del todo lo arrastró hasta una habitación, el perro o la vaca, como sea, siguio ladrando, no se oía muy fuerte.
- ¿Vaca?- dije apenas salio Marco de la habitación donde dejo al perro.
- Es la mascota de mis papás, me pidieron que lo cuidara, pero se me hizo tedioso ir a su casa cada día y pues decidí mejor traerlo aqui, es un poco agresivo pero también muy cariñoso.
- ¿Y porque vaca?- pregunte.
- ¿No lo viste? De cachorro parecía una vaca chiquita, es un san bernardo, sabíamos que crecería y pues por eso el nombre.
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No te esperaré siempre
Teen FictionAmerica tenía una cosa clara: Vivir y disfrutar cada instante. Marco tenia dos cosas claras: Sacar a flote su Bufete para pagar su deuda, y no tener una relación amorosa que lo distraiga. Solo uno de los dos honró su palabra, el otro sufrió. ¿Como u...