28. Marco

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- Y me beso. - termine de contarle a Holy todo lo que había pasado el día de ayer con Merica.

- Y luego te llego la carta de embargo.

- See... Nunca debí colocar la dirección de la casa de mis papás, no quiero que embarguen su casa.

- Marco te estás haciendo un mundo, tú mismo sabes que esas cartas son solo para asustar a los deudores.

- Siento que es una señal, al fin beso a la chica que me gusta y zas luego me recuerdan que debo concentrarme en trabajar.

- Wou, esta es la primera vez que admites que te gusta, era obvio, pero es raro que lo digas, Marco, es una niña, si bien acaba de cumplir la mayoría de edad, ni siquiera sabe lo que quiere, ni es tu tipo, ¿estás seguro que no es solo un capricho? ¿algo como la fase de los 40's que te está dando en los 30's?

¿Meri, una fase? Obvio, todos somos una fase de alguien, solo que algunas duran más que otras. Si Meri era mi fase, esperaba que fuera para siempre, con ella me veía en un futuro, podrá sonar pronto, pero me la imaginaba despertando en mi cama todos los días, desayunar con ella, almorzar con ella, ver películas juntos, comprar un perro, pero era algo que se debía construir de a poco, aún era muy poco el tiempo que la conocía, tenía que entablar primero una relación más profunda con ella. Llegar a conocerla bien para saber que podíamos estar juntos, lo de anoche fue solo un pequeño desliz en el plan a largo plazo que aún no sabía que tenía, pero que ya tenía que planear.

- Espero que sea "la fase" entonces.

- No la hagas sufrir.- contesto ella. - la chica me cae bien tampoco quiero alejarme de ella.

- Hablas como si hiciera sufrir a cada chica con la que estoy, y tu muy bien sabes que lo doy todo en una relación, incluso caigo en la dependencia emocional.

- Eso no es bueno tampoco Marco.

- No vine a que me juzgues. - con eso finalice la conversación sobre Meri.

- No, viniste a que te coloque un supositorio. - dijo sonriendo con malicia.

- Eso colócaselo a otras personas. A mi dame unos relajantes musculares para el estrés.

- Algún día te colocare un supositorio, y te gustara. -ambos reímos por su comentario.

- Y ese día descubriré que soy gay y que perdí mi vida creyendo que el amor de mi vida es una mujer.

- Me haces el día. - rió a carcajadas.

Ya estoy llegando a la ofi. - envió un mensaje Merica.

No estoy ahí, llegare en unos minutos. - conteste.

- Dame los relajantes de una vez, tengo que volar a la oficina.

- No preguntare porque la apuransa, pero piensa bien las cosas. - me dio las pastillas y salí rápido de su consultorio.

Subí a mi coche y conduje lo más rápido que pude, estacioné afuera del bufete y me encontré con Merica sentada en la acera frente a las oficinas.

- ¿Qué haces aquí? ¿Porque no entraste? - fui lo más natural que pude al verla después de haberla besado.

- Me olvide mi credencial para entrar. - contesto en un tono neutral, muy impropio de ella.

- Todos saben que vienes conmigo, no lo necesitas.

- No me gustan los favoritismos. - estaba muy cortante.

- Si te gustan, amas el favoritismo. - lo hacía.

- Si bueno, hoy no.

- Hoy te despertaste alpinchista ¿verdad? - ya habíamos entrado al edificio.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2019 ⏰

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