3. Jugando a la pelota 💙

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Nos besamos con desenfreno, la espalda de Leia choca contra la pared y sube sus piernas a mi cintura. Paso mi mano bajo su pollera, nuestras lenguas no nos dejan respirar y ella se aferra a mi espalda.

Separo mi boca de la suya, respirando agitado y vuelvo a pensar lo que estoy haciendo.

—Espera... creo que me olvide de algo.

—¿El qué? —Mordisquea mi cuello —¿No estarás pensando que alguien nos va a descubrir...? Eso no es propio de ti.

—No... —Le bajo las piernas —recorde qué jugaría un partido con Mark, me debe estar esperando el idiota —Me río.

Me subo el cierre del pantalón y camino fuera del cuarto de limpieza. Ella me detiene agarrando mi brazo.

—Llámame.

Tomo la mochila del suelo.

—Claro —Salgo de allí.

Dejo mis útiles en el aula y luego me dirijo al patio. Jugamos a la pelota con Mark además de otros, y en un momento, no sé qué me dice, que la lanzo muy fuerte enojandome con él. Me quedo tildado cuando esta cae cerca de aquella rubia que vi antes.

Aunque lo que más me sorprende, es su reacción, se sobresalta como si nunca hubiera visto una pelota en su vida, la cual ni siquiera la rozo.

—¡La asustaste, Byron! —se burla mi amigo —¡Trae la pelota! —Lo miro mal, pero igual le hago caso.

Normalmente no lo haría, pero una necesidad de saber se apodera de mí.

—¡Callate, Mark! —lo reprendo para que sepa quién manda, agarro la pelota y miro a la rubia con interés —¿Eres nueva? No te había visto antes.

—¡Deja de coquetear, idiota! —grita Alen, otro de mis compañeros y regreso de mis pensamientos —¡Me aburro!

Que insoportables.

Me giro y regreso, sin importarme que la chica me respondiera o no. Como dije con anterioridad, mi especialidad, ignorar.

Sobre todo a las chicas.

Inocencia AisladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora