33. ¿Jugamos a la botellita?

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Nuevo día de escuela, entro con una sonrisa al aula y miro la pulsera que me regaló Byron en mi muñeca, cuando alzo la vista veo a Inna, bailando sobre la mesa y creo que ya sé por qué. Me acerco a Ángel, que está con un libro como de costumbre, y le pregunto para sacarme la duda.

—¿Hora libre?

—¡Sí! —response Mark acercándose —El profesor faltó, otra vez —Levanta un dedo —. Y ahora ¡Fiesta! —Alza los brazos alegre.

—Odio esa música —opina Ángel sobre lo que escucha Inna e intenta leer, mientras se encuentra enojado.

Aunque siempre está enfadado.

—Voy a mover el bote —Baila Mark y mi amigo lector alza la vista para mirarlo.

—No hagas eso —se queja.

—¡No me digas que hacer, rarito! Yo bailo como quiero —Le saca la lengua.

Ángel rueda los ojos y vuelve a observar su libro, ignorándolo. Veo que Alen llega y mi humor se desvanece.

—¿No era que faltabas mucho?  —opino.

—Si sigo faltando me quedaré libre —Se ríe.

Ojalá.

—¿Saben? Me aburro mucho —Mark se nos acerca —. Inventate algo, amigo —le pide.

—Termine mi cerveza —Alza una botella —¿Jugamos a la botellita? —Mira a nuestras compañeras —¡¿Quién quiere?!

—¡Puf! Aburrido —Bufa Mark.

—¿Qué es ese juego? —pregunto curiosa.

Veo que llega Byron al aula, caminando hasta su pupitre sin mirarnos y Alen rodea su brazo por mi cuello, entonces lo señala.

—Es el juego que si tienes suerte, él te meterá la lengua por la garganta.

El morocho se detiene y nos observa.

—¿Qué? —Luego entrecierra los mirando mi hombro, dónde está apoyada la mano de Alen —¿Y a ti qué te pasa?

—Vamos a jugar a la botellita ¿Te sumas?

Todas la chicas se quedan observándolo, esperando su respuesta.

Inocencia AisladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora