XV

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La semana estaba terminando y mañana era viernes… día de los Billboards… Y si iba a ir con Noah. Con el solo hecho de pensar en lo que pasaría mis manos empezaban a sudar en frío y mi corazón salía disparado. Halston seguía en las mismas condiciones, y el vestido… lo vería hoy a la tarde. Estaba sentada en la clase de Literatura inglesa. Definitivamente era mi materia favorita. 

Nos dieron tarea, un ensayo sobre una novela inglesa que nos gustara y yo tenía la mía, ya estaba pensando en cómo terminarla. Se llamaba “Sir Gawain y el caballo verde” era un libro atrapante y algo viejo, nadie lo conocía y eso lo hacía único. Iba en la cuarta hoja escribiendo como loca hasta que tocó el timbre de salida. Genial, mi libertad. 

Cuando estaba saliendo sentía gritos desesperados y llantos, abrí mis ojos al ver un tumulto de personas, en especial chicas de mi clase. Pero antes de acercarme a ver que sucedía, alguien me tomó por la cintura, y un escalofrío recorrió mi espalda. Me giré y era Sebastian Collins. Un chico bastante guapo que conocí hace tres días en la biblioteca. Era alto, su cabello era de un color oscuro castaño y sus ojos eran jodidamente azules cielo, que podía volar de tan solo verlos. Y su sonrisa… su sonrisa era hermosa. Oh dios estoy hablando como una loca, reí al pensamiento. Y él me sonrió.

—McCarthy— dijo y lo besé en la mejilla saludando—

—Collins— tomó mi mano y me hizo dar una vuelta. Me ruboricé como loca

—Esta hermosa hoy— bajé la mirada con una sonrisa. Levanté mi mirada y me encontré con esos ojos, me sentía nerviosa ¿Qué te pasa McCarthy? ¿No puedes mirar a un chico?, y miré a sus labios, oh no… esos labios carnosos y rosados me pedían desesperadamente que lo besara, pero yo no quería, él se iba acercando hasta que nuestras respiraciones chocaban, cuando estábamos a siete centímetros de chocar nuestros labios, una mano tocó mi hombro, y desperté de ese sueño que no quería vivir, me di vuelta y era Noah. Abrí mis ojos y me separé de Sebastian, lo miré pero él miraba a  de una manera dura y algo furiosa al igual que Noah.

— ¿Qué haces aquí?— pregunté dulcemente 

—Venía a buscarte del instituto tenemos que ir a hacer unas cosas— dijo, y me miró, la mirada se suavizó y me sonrió. Las mariposas aparecieron en mi estómago y la cabeza me daba vueltas de alegría, mis entrañas se apretaron a su mirada y sonreí nerviosa

—Está bien— dije y los paparazzi filmaron todo, no sabía cuando llegaron allí, por lo tanto sonreí a la cámara— ¡Hola chicos!— dije mientras ellos me saludaban. Era una relación rara, y bastante rara, nadie se llevaba con los paparazzi. Pero ellos hacían su trabajo mientras no sean groseros está bien por mí. Éramos “amigos” por así decirlo, veía sus mismos rostros todos los días a la salida del instituto y cuando estaba cerca de Noah. — Me tengo que ir Sebastian, nos vemos mañana— le sonreí y le di un abrazo, él me sonrió de igual manera y las chicas empezaron a susurrar, pero cuando Noah me rodeó con su brazo, estaban a punto de estallar, algunas. Otras suspiraban enamoradas. 

Me subí a su auto y cuando cerró su puerta lo miré— ¿A dónde vamos?

—Tu mamá dijo que vallamos a ver el vestido que te pondrás mañana— dijo mientras encendía la radio y la canción “Love the Way You Lie” la parte del solo de Rihanna sonó por los parlantes del auto, amaba esa canción era triste, pero me gustaba, saqué mis hojas del instituto y empecé a escribir el ensayo, aún me faltaban unas páginas más pero no me importó mientras adelante el trabajo estaría bien. Empecé a cantar la canción inconsciente de que Noah me estaba escuchando, vivía en mi mundo y eso me gustaba. En un momento me “emocioné” y empecé a cantar más alto. 

—On the first page of our story, the future seems so bright.— canté dulcemente mientras escribía— And this thing turned out so evil, I don’t know why I’m still surprised—Even angels have their wicked schemes and you take death to new extremes. But you’ll always be my hero, even though you lost your mind—

Dejé de escribir, mi mano ya dolía, pero no me importó, por lo tanto miré hacia el frente mientras sentía la inquietante mirada de Noah sobre mí, no resistí me encontré con sus ojos verdes. 

—Uhm… ¿Estás bien?— pregunté algo incómoda, y él solo sonrió mientras seguía conduciendo. Y en segundo estábamos en una tienda… Oh no, la conocía perfectamente era “Louis Vuitton”

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Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora