XLVIII

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Una semana había pasado desde que empezó el Tour, las chicas gritaban de emoción y lloraban cada vez que Kendall sonreía. Me sentía más que orgullosa de Noah había progresado demasiado y se lo notaba más que feliz y contento. 

—Suerte cariño— le dije dándole un acalorado beso en sus perfectos labios en forma de corazón y él sonrió rompiendo el beso. Salí para ir detrás del escenario e irme a la primera fila junto a otras chicas, y de paso llevé una botella grande de agua y una caja de galletas que había en el bufet que servían en cada concierto. 

Las chicas estuvieron toda una tarde acaloradas y esperando a Gravity 5, es lo mínimo que podría llevarles. La cuenta regresiva estaba terminando y las fans de Gravity 5 lloraban a más no poder esperando la llegada de los chicos. Me acerqué a la primera fila y empezaron a llorar mientras saltaban de emoción

—Hola— saludé mientras me introducía en la fila junto a ellas, empezaron a gritar de la emoción y les tendí el agua mientras tomábamos un poco cada una del sector. Gravity 5 estaba entrando y ellas saltaron en su lugar emocionadas y consternadas pero cuando empecé a comer la galleta sentí asco y a la vez nauseas, mi estómago se revolvía y sentí como un nudo en la boca del estómago, la bilis subió en mi garganta amarga y me fui por debajo de las vallas para poder ir de nuevo detrás del escenario. 

— ¿Bella?— me llamó George, no le pude contestar y cubrí mi boca con mi mano para no largar el vómito y me fui al baño del camerino de Noah y me puse de rodillas mientras expulsaba el líquido ardiente, me sentía débil y sin fuerzas. Pude ver a George en la puerta del baño y sostuvo mis cabellos mientras seguía vomitando como nunca en mi vida. Até mi cabello con una coleta mientras sostenía mi cabeza— ¿Necesitas algo, Bella? Puedo traerte agua si quieres— 

Asentí—Por favor— dije sin fuerzas lavé mis dientes con el cepillo y crema dental mientras me acostaba en el sillón acolchonado del camerino de Noah, me dolía detrás de mis ojos como nunca y ardían como en llamas ardientes. Cerré fuertemente los ojos mientras pasaba mi brazo por mis ojos. Respiré profundamente y cuando estaba a punto de caer en sueño, otro revoltijo en mi estómago me hizo levantar rápidamente para expulsar nuevamente el vómito en el váter. Malditas galletas y sándwiches, hoy comí como nunca en mi vida, me debió caer mal. 

Me miré al pequeño espejo y estaba en un color amarillento pálido, me veía del asco. Restregué mis ojos mientras tosía fuertemente, la puerta se abrió y pude ver a George junto a la mamá de Noah. 

—Cariño, estás descompuesta— dijo mientras me guiaba hacia el sillón para acostarme y de paso traer una manta y cubrirme con ella. 

—Comí demasiado, siento que voy a explotar— dije con cierta pena, no acostumbraba a los cuidados a menos que sean de Noah. La bilis amenazadora subió de nuevo con furia a mi garganta 

<Por favor, que no vomite de nuevo, no otra vez> pero los santos y mi petición espontanea no fueron escuchadas, me levanté como un rayo nuevamente del sillón y me puse de rodillas al váter y empecé nuevamente con el vómito. Jennifer acariciaba mi espalda mientras soltaba el líquido de mi estómago y la puerta se abrió rápidamente.

—Pequeña— Noah se puso de rodillas al lado mío, mientras acariciaba mi espalda.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté levantándome como pude y lavar mis dientes—Ve a hacer el concierto, luego hablaremos—

Me miró dudoso mientras fruncía el ceño— ¿Estarás bien? —

—Mejor que nunca. Ve— le dije mientras depositaba un beso en su mejilla y lo miraba enternecida, él sonrió y se fue corriendo nuevamente. 

— ¡Te amo! — gritó desde el corredor. Salí para asomar mi cabeza y verlo sonreír.

— ¡Te amo mucho más! — 

Entré sonriendo nuevamente al camerino y pude ver a Jennifer sonriendo y negando con la cabeza, me ruboricé mientras me acostaba nuevamente. El sabor amargo seguía todavía a pesar de que lavé mis dientes. 

Charlé con Jennifer mientras me iba poniendo mejor poco a poco, me agradeció por poner en la cara de su hijo una sonrisa radiante y hacerlo feliz todos los días y luego de que me diera un beso en mi frente se fue y pude dormir hasta que se acabase el concierto de Noah en España.

Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora