Mis ojos pesaban bastante, como si estuvieran cosidos y la luz entraba por la ventana ordenando a mis ojos que se abrieran y así lo hice. Parpadee varias veces para adaptarme al ambiente y cuando me quise mover unos brazos me sostuvieron, mi corazón se aceleró al instante pero me di cuenta que el calor corporal y esas manos eran nada más y nada menos que Noah.
Sonreí como una estúpida enamorada y con cuidado me fui dando vuelta para no despertarlo y cuando terminé de dar la vuelta me encontré a cinco centímetros de su perfecto rostro. Mi pulso salió disparado al verlo, dormía como un ángel y su boca estaba semi abierta, el calor que su cuerpo emanaba hacía que quiera pegarme con él para siempre. Pero decidí hacer otra cosa, fui dejándolo en la cama hasta que estuve fuera de sus brazos y con cuidado bajé a la cocina. Y puse manos a la obra.
Encendí la sartén y puse para hacer los huevos revueltos y cuando se terminaron de cocinar los puse en un plato junto al tocino. Piqué fruta tropical y lo puse en un bol, exprimí naranjas e hice el jugo natural, también hice panqueques con crema y lo puse en otro plato, puse todos los alimentos en una bandeja y con cuidado fui hacia arriba y él seguía dormido. La luz hacia que sus cabellos se vieran más claros al igual que se piel. Este chico era perfecto en todos los sentidos.
Dejé la bandeja en la mesa de su costado y escribí una nota simple “Disfruta el desayuno y… buenos días. Bella” Sonreí y la dejé apoyada en el vaso y con cuidado me fui para explorar la casa.
Caminaba por las habitaciones y entré a la última, cuando abrí la puerta me quedé maravillada había una sala llena de instrumentos musicales de distinto tipo. Pero lo que más me llamo la atención fue ese piano de cola color blanco, yo sabía tocar el piano. Más bien era el único instrumento que sabía tocar. Me acerqué de puntillas al piano y me senté en la butaca de terciopelo negro y puse mis manos en las frías teclas, mi piel se erizó y pensé en una canción que solía tocar hace unos dos años.
Mis dedos se movían al igual que mi cuerpo, disfrutando la melodía tranquila y dulce. Amaba esa canción y traía buenos recuerdos. Fue mi primera actuación en ballet y los únicos recuerdos de amor que me dio mi familia, como mamá me abrazaba y papá me cargaba en el aire ¿Cuándo fue que tuve una muestra de cariños por parte de ellos? Desde que tenía ocho, no me abrazaban ni besaban o me hacían compañía. No me di cuenta y mis ojos ya se estaban nublando, no quería llorar. No quería más lágrimas en mi vida, quería remplazarlas por sonrisas y risas. Costaría un poco pero lo haría, los minutos pasaban y yo seguía tocando en el piano. Cuando terminé se escuchó un silbido y asustada me di la vuelta, Noah estaba sentado en un banquillo de madera y ni siquiera lo vi venir.
—Perdón, lamento haber tocado esto sin tu permiso— murmuré con mis mejillas encendidas de la vergüenza y ni siquiera me puse algún short, su remera me cubría hasta rosando el muslo.
—Vives conmigo ahora, pequeña. Lo mío ahora es tuyo— Sonreí, no lo pude evitar. Y en realidad… vivía junto a él ¡Que nadie me despierte de este sueño!
— ¿Te gustó el desayuno? — le pregunté mientras nos levantábamos para irnos a la sala. Pero de repente tomó mi mano y abrí mis ojos al tope. Sentía la sangre subirme rápidamente a mis mejillas.
—No sabía que cocinaras tan bien, pequeña— me dijo mientras sonreía y me apretaba la mano levemente.
—Secretos— le dije riendo.
—Bailas de maravilla, tocas el piano y cocinas. Te tendré cautiva conmigo— me dijo y nos sentamos en el sofá de la sala mientras prendía la televisión y nos quedamos viendo una película de comedia romántica.
Su cabeza ahora estaba en mis piernas y yo tocaba sus cabellos como si fuera un impulso mientras nos reíamos de vez en cuando. El celular de Noah sonó a la media hora y bufando atendió.
—Estoy en camino… si junto a ella… iré con ella ahora mismo— dijo y me sonrió— Era Scooter, tendremos que ir al estudio para grabar y… tienes que acompañarme ahora
—Me iré a vestir y bajaré— dije mientras me levanté del sillón e iba a mi habitación rápidamente, no quería hacerlo esperar.
Y para mi suerte estaba refrescando, por lo tanto tomé un short negro de tiro alto con tirantes del mismo color, una simple remera blanca que la puse por dentro del short y en mis pies unos coverse tipo bota negros, peiné mi cabello y lo dejé suelto para que cayera lacio por mi espalda, me puse un sombrero negro,también me puse delineador, base y un brillo labial. Un poco de perfume “Secret Angel” que olía a frambuesa y estaba lista.
Bajé rápido por las escaleras y allí estaba Noah tecleando en su celular y cuando me vio llegar su mirada instintivamente se iluminó.
—Estas hermosa pequeña— le sonreí y me ruboricé aún más— Creí que ibas a tardar más.
Tomó mi mano y la entrelazó. Creí que iba a morir de la emoción si es que era posible. Pero para nuestra mala suerte había reporteros en la casa de Noah. Ninguno de los dos habló nada, nos hacían preguntas de todo tipo pero lo nuestro era un voto de silencio. Caminábamos hacia el auto con los dedos entrelazados y me abrió la puerta, le agradecí y cuando se subió al auto puso en marcha y nos fuimos al estudio de grabación.
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Gritos Silenciosos
Teen FictionAntes que nada quiero decir que esta hermosa historia no es mia. Creditos a ~Lu de Schmidt ♡ en la página de Facebook Amo a big time rush.