XLXVI

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Estaba vestida, arreglada y perfumada como nunca, me había puesto un hermoso vestido blanco con detalles cobrizos de encaje, me había esmerado en un peinado o más bien en un hermoso recogido al costado con mechones de cabello castaño que caían en mí cara delicadamente. Me había maquillado con sombras oscuras y un petrificante color rojo pasión en los labios para resaltarlos, la mejor joyería y los mejores zapatos de tacón que tenía. 

Me negué a llorar, mi corazón se oprimió y un nudo atravesó mi estómago. Toqué instintivamente mi vientre y cerré los ojos queriendo escapar de la realidad que se avecinaba hacia a mí con una pesada manta oscura. 

Vería por última vez su hermoso rostro, sus preciosos ojos cafés, sus labios que encajaban perfectamente con los míos y tendría una última oportunidad para estar con él de nuevo.

Aprovecharía cada segundo para memorizar cada centímetro de su masculinidad, su olor, su perfume y la suavidad de sus cabellos cobrizos. 

No quería irme de su vida, estaba bien como estaba… y los pensamientos regresaron. 

<No eres la indicada en la vida de Noah> 

<Él necesita a alguien de su nivel>

<Viviste tu cuento de hadas, ahora despierta y vete de su vida de una vez> 

¿Hace cuánto tiempo que no escuchaba esa voz que me perturbaba prácticamente toda mi vida? Desde hace bastante tiempo… y para peor, era verdad. Él no merecía que una persona como yo esté a su alrededor, molestándolo. ¿Tenía razón cuando estábamos en la cafetería? ¿Lo acosaba y me pegaba a él como un chicle? Creo que la mejor decisión es estar alejada de él… para siempre y eso me rompía internamente en dos. 

Estaba sentada en el pequeño sillón de cuero blanco esperando a la llegada de Noah y mi celular vibró. 

“Espero que estés lista princesa, paso por ti ahora. Te amo” era Noah, obviamente. Sonreí con nostalgia a la pantalla del celular y tomé un respiro para no amargarme la noche entera… será como una noche más… junto a la persona que más amas, aprovéchala. 

Mis ojos instintivamente se nublaron y miré hacia arriba para no arruinarme el maquillaje. La puerta de entrada se abrió y supe que había llegado Noah, tomé mi bolso plateado de mano y me dispuse a ir por el corredor 

— ¿Pequeña? — llamó desde abajo y sonreí nuevamente, extrañaría todo esto. 

—Estoy bajando— dos gotas de perfume y ya… estaba lista. Alisé mi vestido con las manos temblorosas y bajé por las escaleras. Noah vestía un elegante traje negro con una corbata plateada, se veía más que guapo con su pelo bien peinado, y cuando bajé pude ver un destello de felicidad en sus ojos, un brillo especial… que era solo para mí. Sonreí mostrando toda mi dentadura blanca y él me imitó. 

—Esta hermosa, más hermosa que todos los días— me alagó y mis mejillas se sonrojaron, era inmune a sus palabras, era inmune a él. 

—Tú también te ves sensacional— dije dándole un pequeño beso en sus labios y con mi dedo pulgar saqué el resto de pintura de su boca. 

— ¿Vamos? — asentí y él me tomó de la mano para irnos. Me subí a su lustroso auto negro deportivo y cuando estábamos en la carretera nos tomaban fotos de ambos

<Las últimas> pensé, y tomé su mano y seguido acaricié sus cabellos, él sonrió con dulzura y tomó el dorso de mi mano cuando paramos en un semáforo y lo besó. Acaricié los nudillos y seguimos por nuestro camino. Pero ahora era diferente, nos desviamos de la ciudad y fuimos a parar en una carretera ¿A dónde me estaba llevando?

Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora