Capítulo 13.
No sabía que hacer.
Hacía unos cuanto minutos atrás que había abierto la puerta principal y a sus oídos había llegado la voz de su hermano. Acababa de volver del trabajo en el que, aprovechando los días que le quedaban de vacaciones de la Universidad, estaba haciendo el turno de mañana para así tener toda la tarde libre. Apenas había podido quitarse el absurdo pequeño sombrero que adornaba su castaña cabellera cuando Blake apareció por el umbral de la puerta y la agarró del brazo llevándola al salón. No había rastro de Gian por ningún lado.
— ¿Y Gian?— preguntó cuando revisó toda la estancia y no encontró muestras de su presencia o de que hubiera estado allí, ni siquiera el cojín de su sillón estaba hundido.
Su relación había mejorado desde la última conversación que tuvieron. Aunque tampoco hubieran avanzado mucho para aquel entonces, habían vuelto a los inicios, al principio de todo, a los tiempos donde apenas se veían, donde Gian no se quedaba viendo algún programa ridículo en la televisión si ella estaba en la misma habitación, donde el muchacho comía solo y oculto en la que era su habitación...
— Eso da igual. Tenemos que hablar.— contestó, un poco agitado su hermano. Se removía indeciso en su sitio, como si estuviera impaciente por algún motivo que la castaña desconocía.
— ¿Cómo que da igual? ¿Qué pasa?
— Siéntate, Abby.— se limitó a pedir el chico, ignorando las preguntas urgentes de su hermana. Observó como la muchacha tomaba asiento en el lado izquierdo del sofá y, a continuación, el muchacho se dejó caer en el lado derecho del mismo. Se colocó de lado y, encararando a la chica, le agarró las manos para continuar hablando.— Ya se ha acabado el mes de plazo que me diste.— le informó. Abby abrió los ojos sorprendida. ¿Ya? Pensó mientras mentalmente confirmaba que las palabras de Blake eran reales. ¿Tan rápido había pasado?
— Vaya, no me había dado cuenta.— fue lo único capaz de responder, apartando la mirada de los ojos de su hermano para enfocarlos en el sillón, que había cerca de ella, en el salón.
— Bueno...— comenzó el chico, sin saber cómo decirlo. Podía sentir la mirada de Gian clavándose en su rostro desde el umbral de la puerta que conducía al pasillo. Al parecer, Abby no se había percatado de su presencia y, el hecho que estuviera de espaldas a él, no le ayudaba a descubrirlo. Soltó un suspiro y continuó.— Dijistes que solamente lo aceptarías un mes.— recordó.— Así que solo era para decirte que, a partir de hoy, ya no viv...
— Pero...
— Ya no vivirá contigo.— acabó el muchacho, ignorando los intentos de la muchacha de formular una oración.— No tienes nada de qué preocuparte.— se apresuró a aclarar, al ver el rostro congestionado de la castaña en una mueca extraña que no fue capaz de descifrar y que interpretó como quiso.— He encontrado otro sitio en mi edificio. Estará bien.
— No, si lo sé. Pero no sé. Será...raro.— le reveló la muchacha, sin saber cómo explicarlo.— Quiero decir...Será raro volver a saber que estoy sola. Porque aunque a Gian no lo veía mucho sabía que estaba allí, en su habitación. Será...extraño. No sé.— murmuró ella.— ¿Y él quiere irse?
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Isolato
Teen FictionSin apenas pestañear, Abby aceptó la disparatada propuesta de su hermano, consiguiendo con ello que su vida, sus pensamientos y muchas otras cosas más cambiaran de la noche a la mañana. Créditos de la portada a @La_tequila. Muchísimas gracias por el...