Capítulo 6.
Observó a su derecha mientras se llevaba el cigarrillo a los labios e inspiraba, llenándose los pulmones de humo. Abrió la boca y se permitió expulsar el mismo con tranquilidad mientras repasaba en su cabeza los acontecimientos que habían sucedido hacía una hora atrás. Era jueves, todavía lo era por mucho que su cabeza se negara a aceptarlo debido a la pesadez y cansancio que sentía por todo su cuerpo. Acababa de llegar de la Universidad a casa cuando su teléfono móvil comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón.
— Ven rápido a mi piso.— le exigió la voz de su hermano desde el otro lado del aparato. Soltó las llaves en el llavero y se acercó al salón, donde dejó sus cosas y tomó asiento.— Trae contigo a Gian y no hagas preguntas.
Iba a hablar cuando el pitido de la llamada al colgar llegó a sus oídos. Frunció el ceño irritada y observó la pantalla del aparato como si ésta tuviera la culpa de que su hermano le hubiese dejado con la palabra en la boca. Abrió su bolso y rebuscó unos segundos hasta que su mano se cerró entorno a su agenda, donde buscó el número del restaurante donde trabajaba. Si iba a tener que llevar a Gian al encuentro de su hermano se negaba a tener que irse después sin enterarse de nada. Iba a aprovechar esa oportunidad e iba a intentar conseguir respuestas. Costara lo que costara.
— ¿Si?
— Hola, ¿Camille?— preguntó al reconocer la voz de su receptora. La muchacha murmuró un ''ajá'' desde el otro lado de la línea y Abby se dispuso a inventarse una excusa creíble para faltar al trabajo.— ¿Le podrías decir al jefe que hoy no voy a poder ir? No me acordaba que tenía visita con el médico y es muy importante. Dile que puede descontarme sin problemas la noche, que no le haré ningún escándalo por ello. Gracias. Dile, también, que me era imposible ir otro día. Gracias de nuevo.
No esperó a que Camille le respondiera y colgó el teléfono. Se levantó del sofá y se dirigió a la habitación de Gian donde, después de picar y esperar a que el otro le diera el permiso para entrar, abrió la puerta y entró.
— Vístete. Blake acaba de llamar y necesita que vayas con él.
— ¿Y me vas a dejar ir?— murmuró con ironía el muchacho recordando, seguramente, la última vez que llamó su hermano y ella comenzó a cuestionarle el hecho de querer llevar a Gian con él. Se levantó del suelo en el que estaba haciendo abdominales y se acercó al armario de donde sacó un par de pantalones tejanos junto con una sudadera con capucha.
— Vístete.— repitió Abby incapaz de encontrar nada más ingenioso para decir. Salió de la habitación cuando el muchacho comenzaba a quitarse la camiseta de tirantes que llevaba.
Esperó unos minutos hasta que finalmente el cuerpo robusto de su inquilino apareció por el marco de la puerta que conducía al pasillo. Le dirigió una rápida mirada antes de levantarse de la silla donde había estado aguardando a la vez que jugaba con unas cuantas piedras que decoraban una de sus macetas y, después de ponerse la chaqueta y coger las llaves, salió del piso con la sombra de la fuerte figura siguiéndola.
Salieron en silencio del edificio y anduvieron, del mismo modo, hasta la parada del autobús. Hacía unos cuantos meses atrás que Abby se había sacado el carnet de conducir, más concretamente en mayo y en su segundo intento. Aunque ya contaba con la pequeña licencia a su disposición, todavía no había conseguido encontrar un coche que se adaptara a su limitado presupuesto y que le gustase, por lo tanto, iba en transporte público. Realmente podía tener el coche de sus sueños ya, solo necesitaba llamar a sus padres, recordarles que seguía viva y pedirles el dinero suficiente para el vehículo. A las horas seguramente sus padres ya le hubiesen ingresado el presupuesto necesario como un extraño pago y compensación a su ausencia. Pero no quería. Quería conseguir las cosas por sus propios medios y, la caja de ahorros que tenía en la mesa de su habitación oculta entre libros y papeles, así se lo recordaba cada día.
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Isolato
Teen FictionSin apenas pestañear, Abby aceptó la disparatada propuesta de su hermano, consiguiendo con ello que su vida, sus pensamientos y muchas otras cosas más cambiaran de la noche a la mañana. Créditos de la portada a @La_tequila. Muchísimas gracias por el...