Cap. 24 Parque de diversiones ...

367 22 13
                                    

*Rayita

Estábamos profundamente dormidos con Patrick, soñando quizás que cosas cada uno, cuando de pronto sentimos una guerra de almohadas en nuestra cama que nos despertó a ambos. Pete y Roberto, nos comenzaron a tirar almohadas, yo por mi parte le tire unas cuentas de vuelta y luego me acurruque en los brazos de Patrick, para que no me llegaran todas a la cara. Luego de jugar media hora con la guerra de almohadas, con Patrick nos fuimos a vestir y después los cuatro nos sentamos a tomar  desayuno…

-          Están listos para la diversión? – dijo Roberto tomando su vaso con café

-          ¿Qué tipo de diversión? – pregunto Pete

-          Iremos donde está la verdadera adrenalina, no pueden irse de Santiago sin conocer Fantasilandia – dijo emocionado mi hermano.

-          ¿y que es Fantasilandia? – pregunto Pete, mientras comía su pan con mermelada.

-          Es un parque de diversiones – le respondió mi hermano.

-          O suena genial  - Dijo Patrick mientras tomaba su café.

Los chicos se pusieron hablar sobre nuestro paseo, cuando sonó mi teléfono era un mensaje …”Supe lo de tu abuelo, cuanto lo siento de verdad… te extraño mucho, me gustaría que pudiéramos hablar pronto… un abrazo… Ed”. Cuando leí de quien era el mensaje mi piel automáticamente se erizo, hace mucho tiempo que no sabía de Ed, tampoco espere que me enviara mensajes. Estaba inmersa en mis pensamientos cuando siento que alguien me comenzó a mover…

-          Amor, estas bien? – me pregunto Patrick

-          O si, estoy bien – le dije , mientras me daba cuenta que todos me estaban mirando.

-          Segura? – volvió a preguntar

-          Si, tranquilo Pat – le respondí y le di un tierno beso en la mejilla.

-          Bueno, bueno… vamos? – pregunto mi hermano.

Partimos todos en dirección a Fantasilandia. Llegamos allá y tuvimos que hacer una fila para luego entrar en el parque, nos subimos primero a un juego en donde te sentaban en una silla y luego estas comenzaban a girar y al mismo tiempo se elevaban, después fuimos a una montaña rusa, en donde quedas con los pies colgando y se da vuelta y te pone de cabeza, (tenía un poco de miedo en ese juego así que le di la mano a Patrick y de repente se la apretaba muy fuerte, mientras que Roberto y Pete, gritaban felices de la pura adrenalina). El siguiente juego al cual nos subimos eran unos botes en forma de montaña rusa, que luego tenían una bajada que hacía que te mojaras entero, después fuimos a un juego en donde te sentaban en una silla y te elevaban (cuando llegas arriba puedes ver todo Santiago desde arriba) y te dejan ahí aproximadamente 30 segundos y luego te sueltan, llegas a sentir que todos tus órganos se te suben a la cabeza.

Luego de subirnos a varios juegos durante la mañana, con los chicos nos fuimos a comer algo al restaurante que se encuentra dentro del parque de diversiones, estábamos sentados comiendo cuando suena mi teléfono….

-          _____________, parece que lo estas pasando muy bien sin mí  en Fantasilandia, yo que pensé que estarías deprimida llorando porque no estamos juntos – me dijo desde el otro lado del teléfono Brendon.

-          Brendon, Holaaa… ¿Cómo sabes que estoy en Fantasilandia? – le pregunte extrañada.

-          Jajaj, yo todo lo sé, se todo tus pasos pequeña _____ - me dijo Brendon

-          Mmm… raro, en fin como estas Urie? – le pregunte

-          Bien, acá sobreviviendo a tu abandono … hey dame con Patrick – me dijo Brendon

-          ¿Qué? ¿Por qué? ¿para qué? – le dije extrañada

-          Solo dámelo y ya – me respondió Brendon algo serio.

Le pase el teléfono a Patrick, quien también se extrañó de que Brendon quisiera hablar con él, la verdad no se de que hablaron exactamente, ya que repentinamente Patrick se paró de la mesa y se fue hablar a otro lado por teléfono. Luego de un rato volvió y cuando le pregunte de que hablaron no me quiso decir mucho.

Después de almorzar nos subimos al resto de los juegos que nos quedaban, a Pete le cayó mal la comida, por lo que no quiso subirse al  resto de los juegos, así que nos turnábamos con Patrick, mi hermano y yo, para acompañarlo mientras se recuperaba…

-          _____, has pensado que harás de ahora en adelante? – me pregunto Pete mientras se sobaba su estómago.

-          ¿Por qué lo dices? – le dije

-          Bueno, porque tienes que volver a Chicago, terminar la carrera y seguir adelante – respondió seriamente.

-          No lo se, yo pensaba quedarme acá… - le dije a Pete, pero este no me dejo terminar.

-          Como que quedarte acá?  Y tirar todo por la borda? – me dijo algo enojado.

-          Es que aún no me siento preparada para volver, aparte no quiero dejar a mi familia – le dije mirando al piso.

-          Yo sé que lo que viviste no ha sido fácil, se que tu vida no a sido fácil tampoco… pero todos tenemos nuestra cruz que cargar… quien fue la que siempre me decía “sigue adelante sin importar las caídas, te limpias ,te paras y sigues adelante”… eres una mujer fuerte ______ y eso lo admiro mucho, se que te abuelo y todos los que te queremos piensan lo mismo que yo y por lo mismo debes seguir luchando por tus sueños – me dijo abrazándome. No pude evitar ponerme a llorar con tan bellas palabras que Pete me habían dicho.

En eso Patrick y Roberto volvían del juego, Patrick noto que estaba llorando y altiro se acercó a mí a abrazarme….

-          Ya la hiciste llorar Pete – dijo Patrick mientras me abrazaba

-          Yo no hice nada – dijo Pete sobándose aún el estómago.

-          Tranquilo, amor si Pete no me hizo nada.- le dije con una pequeña sonrisa.

-          ¿Están mejor ambos? – Pregunto mi hermano a Pete y a mí.

-          Si – dijimos ambos al mismo tiempo

-          Pues bien, vámonos a casa, creo que será todo por hoy – respondió mi hermano.

Tomamos el metro de vuelta a la casa de mi abuela, cuando llegamos a la casa mi lela nos había preparado Lasagna. Inmediatamente Pete volvió a sentirse mal y tuvo que pedir disculpas y retirarse de la mesa, mientras que los demás nos sentamos a comer. – Pobre Pete—dijo mi abuela, al verlo tan decaído. En seguida le hizo un té y se lo llevo a la pieza.

-          Permiso – dijo mi abuela despacito entrando a la habitación con el té en sus manos.

-          Si tia, pase – dijo Pete apenas.

-          Cariño, te traje un té, para ver si así te pasa un poco el malestar estomacal – dijo con su tono dulce que la caracteriza.

-          Gracias tía se pasó. – respondió Pete.

-          Cualquier cosa nos avisas y venimos cariño – dijo mi abuela

-          Gracias tia – respondió Pete

El viaje que cambio mi vida....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora