Antes del amor [en proceso]

Capítulo 8: Casualidades las hay

Me considero una persona con poca vida amorosa, prácticamente inexistente en comparación con mis amigos o personas más cercanas. También soy virgen con 21 años, no tan normal hoy en día, pero es que me gusta pensar que creo en el amor y que, si tiene que pasar, que sea especial. Sí, muy cliché, no me culpen, culpen a los libros y las comedias románticas. Lo que no significa que sea una persona enamoradiza ni con crush repartidos por ahí (obvio, no incluyo en esto a mis amores de Hollywood... Zac Efron o Channing Tatum, si leen esto, los amo).
¿He tenido novios? Sí... bueno, ¿se considera novio a los chicos con los que andas algún tiempo y no se va más allá de besos y poco más? En caso de que sí, tuve tres. Dos de ellos idiotas, esos que van a lo que van, y ellos sólo querían alguien seguro para tener sexo. Buen intento. El otro me quería (no para sexo), incluso llegó a decirme "te amo" después de dos meses, pero... Yo no lo amaba, y seré muchas cosas, cruel no (creo), así que sólo se lo dije y puede ser que todavía esté un poco enojado conmigo.
De todas maneras, a lo que iba con todo esto es: ¿por qué hoy domingo al mediodía cuando recién me levanto todavía estoy pensando en Sr. Perfecto? Es decir, el que me chocó. No se cómo referirme a él, la verdad. Pero todavía pienso en él. Suelto un suspiro y me pongo a ¿"desayu-muerzar"?.

Mientras termino mi comida, Kate me llama.
-¿Cómo estás?
-Bien, ¿ustedes? ¿Cómo va la casa?
-Bien. La casa bien también. Voy a ir directo a lo que llamaba: ¿podes y queres cuidar hoy a Chris? La verdad es que con Andr-
-¡Sí! Me encantaría, no es necesario que te expliques, ¿lo paso a buscar?
-Genial, you're the best! ¿Pasas a buscarlo como a las 16:00?
-Hmm, sí, esa hora está bien.
-Muchas gracias.
Supongo que ir a una plaza, pasear los perros y tomar un helado es un buen plan para un nene de cinco años, ¿no? No es que tenga mucha experiencia, ni siquiera propia. Pensándolo mejor, salir con tres perros y un nene es demasiada responsabilidad, así que me disculpo con Phoebe y Ross, prometiéndoles un paseo, comida, dormir en mi cama, cualquier cosa que un perro pueda querer y preparo a Dobby para salir. Error, ahora está todo emocionado y no me deja vestirme en paz.
-No me mires así, Dobby. Tenes que ser paciente.
Él vuelve a llorar y darme la pata, después la otra.
-¡Eso no es ser paciente! ¿Para qué te hablo si no me entendes?

Cuando me termino, preparo comida para Dobby (él todavía me sigue de cerca), agua, celular, billetera, llaves y un libro, porque probablemente Chris me ignore todo el rato dedicándose a los juegos. No es necesario llamar a Dobby, porque ya me espera en la puerta dando vueltas y persiguiendo su correa.

Estaciono en la casa de Kate, es bastante impresionante por fuera, todavía no quiere darme un recorrido hasta que esté lista, por lo que la llamo haciéndole saber que estoy fuera.
-Ya salgo. ¡Vamos, Chris!
Suerte que es una mujer preparada y no me hace esperar como haría cualquiera de mis amigos. Así que en menos de un minuto, Chris está subiendo al asiento trasero y poniéndose el cinturón de seguridad.
-¡Qué se diviertan!
-Bye. La saluda Chris con su manito.
-Hola, Chris. Me doy la vuelta y le sonrió, él me frunce el ceño. -¿Qué pasa?
-No spanish.
-Sí, spanish. ¿Por qué no?
Él me da vuelta la cara y se cruza de brazos.
-Wou, qué intenso.
En el trayecto a la plaza logro sacarle el porqué no spanish: no se siente cómodo porque cree que lo habla mal y no quiere que se rían de él como sus compañeros de clase de español. Okey, no creí que los nenes de cinco fuesen a burlarse de otros. Obviamente no tengo idea de niños.
Decido no presionarlo y hablarle mitad inglés mitad español, con la condición de que me contestara igual porque "la práctica hace al maestro". Me puse sabía y todo.

Creí que me iba a ignorar cuando llegáramos a la plaza. Pero no, dejó de darme atención en cuanto Dobby despertó. Cabe destacar que el mal agradecido de Dobby también dejó de darme atención a mí, incluso cuando los invité a bajar del auto al llegar a la plaza. Podría haber traído a Phoebe o Ross, traidor. Y por traidor, Chris nos plantó en cuanto vio los toboganes, calesitas y hamacas, así que acá estamos, mirándolo jugar de un lado al otro desde un banco.