Capítulo 22

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...Tres años después...

Florencia (Italia)

Habían pasado cerca de tres años, desde que llegó a Florencia cargada con una maleta llena de recuerdos y un hijo en su vientre.

Al principio sintió miedo al estar en un país distinto, no entendía el italiano y verse sola, fue derrumbarse.
Los meses pasaban demasiado rápido, tanto como su embarazo lleno de tristeza y al mismo tiempo feliz con poder tener a su bebé en sus brazos. Maira tuvo un hijo el cual llamó Feliciano.
De algún modo quería agradecer aquel anciano el haberle dejado bastante dinero antes de morir, puesto que le serviría para empezar su vida desde cero.
Alquiló un apartamento, su vieja ropa la tiró, se compró ropa mas moderna a corden con su estilo dejándose llevar por los consejos de Zinerva, su compañera de piso y canguro.
Zinerva es una joven que terminó sus estudios de profesora de jardín de infancia. Le gustan los niños, y nunca se opone cuando Maira debe de salir a la universidad para hacer sus exámenes o algún trabajo.
En esos momentos, Maira se encontraba en el último año de carrera.
Su tiempo lo dedicaba a estudiar y a su hijo y por las tardes trabajaba como camarera.

La vida no le estaba lleno demasiado mal.

Aquella noche se encontra durmiendo a Feliciano cuando recibió una llamada de Daniella, una compañera y alumna de Darío. A pesar de la distancia, Maira no perdió el contacto con dos de sus compañeros.

— Daniela ocurre algo, por tu voz pareces que estás muy nerviosa.

— Así es Maira, se trata de Darío. — al escuchar aquel nombre, ella se quedó rígida, muda con su piel fría, tan sólo podía escuchar lo que Daniela le comunicaba.
Era una noticia trágica, a pesar de no haber querido saber nada referente al padre de su hijo, algo dentro de ella le empujaba de querer volver a verlo.
Terminó de hablar con su amiga y nada más dejar el móvil en la mesa, se sentó de golpe totalmente impactada. La noticia no era para nada acogedora, más bien, difícil de asimilar.

Miró hacía su hijo que tras acariciarlo, recordó las noches donde se desvanecía en los brazos de él.
Era apasionado,no podía negarlo.
Pero no lo amaba, por lo cual nunca se sintió entera y completamente feliz.
Fue una aventura, un error tal vez.
Pero ese error le había dado su mayor alegría, Feliciano.
El que no podía sacar  de su cabeza ni de su corazón era a Yeray.

A través de Beatriz, podía saber sobre él, pero ella nunca lo llamó.
Ganas no le faltaban, ansiaba al menos poder escuchar su voz, expresarle que lo ama y ya puestos, volver a su lado.

Pero...¿Cómo se hacía todo aquello habiendo quedándose embarazada de otro hombre? Maira nunca quiso saberlo. Prefirió continuar como hasta ahora, criando sola a su hijo trabajando para que no le falte de nada dado que el dinero que le dejó Feliciano, gratificado el haberse portado tan bien con él, las noches en vela y horas de compañía que pasó junto a él.
Si algo sabía Maira, era que el dinero no crecía por sí solo, por lo cual preferió trabajar y así poder guardar ese dinero para casos de urgencia.

El dinero no le quitaba el sueño, mas bien era el poder ver de nuevo a Darío.
La noticia referente a su accidente le había dejado impactada.
Desde que se despidió de él, no volvió a pensar en su pasado.
Ella lucha diariamente por sacar a su hijo, su pasado es eso, la vida recorrida hasta el momento y un método de aprendizaje.

Después de pensarlo, Maira decidió volar hasta Sidney para ver a Darío.

— Solo voy a estar fuera dos días, por favor Zinerva cuídame mucho a Feliciano. Te prometo que nada más llegar te llamaré.

— Espero que cuando lo veas no te dejes convencer por él.

—No lo haré. Darío es el padre de mi hijo, pero el mismo renunció a mi hijo y...por otro lado no hay día que no se lo agradezca.
Si voy a verlo es para que vea que ya no soy la misma de hace 3 años, y a pesar de haber estado sola, he sabido salir adelante sin ayuda de nadie y mucho menos de él.

DAME TÚ CARIÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora