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2022

  Alfred se encontraba sobre el sillón, su cabeza apoyada sobre sus patas delanteras, mirando todo con flojera, tal como cualquier perro debía ser, cuando Guillermo se paro frente a él, con unos shorts unos centímetros abajo de la nalga y una playera vieja de Samuel. Alfred reconocía esa ropa, también la mirada en el rostro de su dueño. 

Era día de baño.

Miro a Guillermo por unos segundos antes de pararse y correr hacia el cuarto de sus dueños, siempre que se escondía bajo la cama ellos no podían sacarlo, así que allá iba cuando Samuel le corto el paso. Él lloriqueo y Guillermo se río. 

-¿Quien es el bebé mas miedoso?- le dijo entre caricias.

Entre los dos lograron sacar a Alfred al jardín trasero, donde este se puso a aullar.

Mientras Guillermo intentaba llevarlo hasta la tina de plástico duro que le habían comprado, a Samuel se le ocurrió que podía ir remojandolo, así que agarro la manguera, le abrió a la llave y apunto el chorro hacia el perro, mojando de paso a Guillermo.

-¡Samuel! Deja eso, el agua esta helada, vas a hacer que nos enfermemos, mejor ven y ayúdame a meterlo- pero Samuel entonces dirigió el chorro a la cara de Guillermo y este por cubrirse soltó a Alfred, que se metió corriendo a la casa, dejando un montón de huellas de lodo en el piso- ¡Samu-!- se vio interrumpido cuando el agua se le metió a la boca y comenzó a toser escandalosamente. Samuel soltó la manguera y corrió hasta él, medio riéndose, medio preocupado.  

-Diablos, Guillermo, lo siento ¿estas bien?- se río cuando este lo miro mal, carraspeando-. No se para que abrías la boca si sabias que se te podía meter el agua y ahogarte.

-¿En serio, Samuel?- él se encogió de hombros- Tu vas a bañar a Alfred y tu vas a limpiar la casa del lodo que él metió ¿me oyes?- dijo apuntándolo con el índice antes de pasar por su lado y entrar a la casa, Samuel detrás de él, pisándole los talones- ¡Y deja de pisarme, si duele!  

-Oh, vamos, Guillermo ¿de verdad te enojaste?- Guillermo lo miro con el ceño fruncido.

-Haz lo que te dije.

-Pero Guillermo- rezongo.  

-Lo juro, De Luque, a veces eres como un niño pequeño.

-¿Estas diciéndome que quieres un hijo?

Guillermo intento mantener su enojo, de verdad lo intento, pero termino sonriendo, golpeo el hombro de Samuel y vio como este también le sonreía.

-A veces como que te odio.  

-Te va a crecer la nariz por mentiroso- le dijo Samuel, abrazándolo por la cintura y besándolo.

-Te amo.

-Y yo a ti, bebé.  

Torpe||Wigetta||AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora