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-Ten- dijo Samuel lanzándole una compresa fría a Zeus, que la atrapo en el aire y la presiono contra su quijada, que estaba de un alarmante color morado-. Ahora ¿Quieres decirme que diablos sucedió para que golpearas a un chico un par de años menor que tú?- se recargo en el refrigerador, los brazos cruzado y el semblante visiblemente molesto.

Zeus solo miro por la ventana de la cocina con el ceño fruncido y la boca en una línea tensa.

-Zeus, contesta- dijo esta vez Guillermo, que estaba unos pasos a un lado de Samuel, obviamente también molesto.

-Qué más da si igual siempre me van a culpar de todo, nunca escuchan de razones.

-Te las estoy preguntado ahora, contesta.

-Tal vez deberían preguntarle a Séptimo- el nombrado se abrazó a sí mismo y agacho la mirado, viendo sus pies-. Vamos, hermanito, diles porque golpeé a ese chico.

-Perdón por meterte en problemas- susurro.

Zeus rodó los ojos.

-Diles.

Séptimo miro a su hermano por entre sus pestañas y después volvió a bajar la mirada.

-Él, ese muchacho al que Zeus golpeó, a veces me molestaba.

-Si, lo molestaba, lo empujaba, le gritaba idioteces, le ponía apodos, lo encerraba en los casilleros y Séptimo no hacía nada, así que yo hice algo al respecto.

-¿Séptimo?- este asintió, porque si, aquel chico no había dejado de molestarlo por ser albino y ser un flacucho, y entonces Zeus se había dado cuenta y había terminado golpeando al chico- ¿Porque nunca nos dijiste eso?- Guillermo fue y le paso una mano por el cabello. Séptimo se encogió de hombros-. Tuviste que habérnoslo dicho, hubiéramos hecho algo al respecto.

-Lo siento.

-No, no lo sientas, no hiciste nada malo, Séptimo- Guillermo lo abrazo y Séptimo hizo lo propio, escondiendo su cabeza en el hombro de su padre.

Samuel entonces fue y le dio unas palmadas en la espalda a su hijo mayor.

-De acuerdo, tanto tu padre y yo, lo sentimos por regañarte, y me alegra que defiendas a tu hermano, pero para la próxima intenta no mandar al otro al hospital ¿sí?- sonrió ligeramente-. Estoy orgulloso de ti.

Y entonces Zeus también sonrió y Guillermo no estaba muy de acuerdo con la pelea, pero todo había sido por defender a su hermanito, así que

-Bueno, lávense las manos que ya es hora de comer. 

Zeus (casi) 17, Séptimo 12, Guillermo 45, Samuel (casi) 48


Torpe||Wigetta||AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora