101

707 116 14
                                    

28 de septiembre de 2037


-¿No crees que papi se enoje si jugamos aquí adentro?- le pregunto Séptimo a su hermano.

Desde que sus padres se habían ido a cenar por su aniversario, ellos se habían quedado solos, Zeus con la indicación de que cuidara bien a su hermano y que no hiciera ninguna locura, y Séptimo con la advertencia de que no comiera dulces antes de dormir, así que ahí estaban, preparando un juego improvisado de béisbol en la sala.

-Nah- le contesto Zeus encogiéndose de hombros-, seguro ni se dan cuenta- agarro mejor el bat en sus manos y tomo posición-. Ahora, vamos, lánzala.

Séptimo miro la pelota un par de segundos, indeciso, y entonces la lanzo. Zeus le pego con el bat y este choco contra la pared.

-¡Así es!- grito sonriente, levantando las manos en alto- De nuevo.

Séptimo, también con una sonrisa, fue por la pelota y volvió a lanzarla.

-Una lampara, un hoyo en la pared, el jarrón, el vidrio de la estantería y casi su cabeza- enumero Guillermo, al final apuntando la cabeza de Samuel- ¿Como se les ocurrió jugar béisbol aquí adentro?

-Bueno, no es como si pudiéramos haber salido a jugar ¿O sí?

-Zeus- dijo Guillermo en advertencia.

-¿Qué? Es la verdad.

Guillermo soltó un suspiro, mirándolo con una ceja levemente alzada.

-Como sea, ustedes van a pagar todo lo que rompieron.

-Pero yo no trabajo- dijo Séptimo preocupado.

-Ni tu hermano, cariño, pero ustedes van a guardar el dinero que les doy para la escuela y van a pagar todo ¿De acuerdo? - parecía que Zeus estaba apuntó de protestar, pero entonces solo se quedó callado y asintió- Muy bien, ahora vayan a la cama que se hace tarde.

Séptimo fue y les dio un beso en la mejilla, tanto a Guillermo, como a Samuel, mientras que Zeus dijo un seco buenas noches a nadie en particular y así subieron a sus habitantes.

-No deberías de regañarlo tanto- le dijo entonces Samuel abrazándolo por la cintura y apoyando la cabeza en su hombro.

-Pero Samuel, él no deja de meterse en problemas- dijo con un puchero, volteándose y ahora viéndose de frente.

-Esta en la edad, bebé, y aparte solo tienes que esperar cuatro años más para que se vaya a la universidad- dijo bromeando, pero Guillermo gimoteo y escondió la cara en el hombro de Samuel.

-¿Cómo es posible que haya crecido tan rápido? Quiero a mis bebitos de vuelta.

-¿Qué te parece si hacemos otro?- sus manos acariciando el vientre ajeno.

-Samuel, tengo cuarenta y tres, es muy difícil, por no decir imposible y riesgoso a esta edad- le dijo mirándolo con una ceja alzada.

-Sabes a lo que me refiero- Samuel sonrió levantando las cejas pícaramente.

Guillermo no pudo evitar reír, pasando los brazos por el cuello se Samuel.

-Eres un tonto- le dio un beso-, pero así te amo.

-Y yo a ti, bebé.

-Feliz decimoséptimo aniversario, amor.

Se sonrieron el uno al otro unos segundos, antes de besarse.

Torpe||Wigetta||AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora