XV: PROTECCIÓN

1.6K 163 49
                                    

Hinata.

En segundos logra escuchar algo que eriza su piel.

Gritos de mujeres, cosas quebrándose y exclamaciones de hombres se escuchan por todo el alrededor.

La Hyuga puede sentir que Naruto, lentamente, quita su gran mano de su boca. Lo ve con un poco de miedo y pasa saliva con dificultad.

Preguntas se aglomeran en sus pensamientos.

¿Él sabe lo que está sucediendo allá afuera? ¿Le hará algún daño? ¿Acaso todo fue una trampa?

—Vístete— demandó él, levantándose—, rápido.

Hinata se enreda en las sabanas, con los nervios a flor de piel se levanta del lecho y busca desesperadamente su vestido. Lo encuentra en la esquina. Mientras se lo coloca por sobre su hombro observa que el Gladiador se viste con su única prenda que llevaba puesta y ve hacia todos lados buscando algo con desesperación.

Cuando el vestido está en su lugar se da la vuelta, enarca una ceja cuando Naruto tiene una base de la antorcha en sus manos y está atento a la puerta como si en cualquier momento alguien entrara para hacer quien sabe qué cosa con ellos.

Una vez más pasa saliva con dificultad al percatarse de que está en serios problemas.

A él no le harán nada, pero a ella si por ser la hija del Emperador.

—Hinata, ven—susurra el rubio, dándole la espalda y haciéndole señas con sus manos para que se acerque—. No te separes de mí, ¿de acuerdo?

La Hyuga asiente. Sabe que no debe confiar en él, sin embargo una parte de ella sabe que la está protegiendo, pero, ¿por qué?

Empiezan a caminar lentamente, los gritos están desapareciendo poco a poco y eso no es una buena señal. Pueden escuchar pasos por todos lados, es tan ridículamente espantoso porque casi todos los alrededores están completamente solos y con pocas antorchas ya que esta parte del palacio está en remodelación porque su tía Hiashe así lo quiso.

Naruto se detiene.

Hinata intenta ver porque lo hizo y se queda quieta cuando ve tres siluetas de grandes hombres en el pasillo. El rubio la toma de la mano y la "esconde" atrás de su espalda, no obstante es en vano por que los hombres ya la vieron.

—¿Qué desean?—Pregunta Naruto dando un paso hacia adelante en forma amenazante—. ¿Nada? Bueno, pueden regresarse de donde vinieron.

Los hombres, robustos y repletos de armaduras hechas a mano, sueltan carcajadas tenebrosas y eso para Hinata no es una buena señal.

El rubio da un paso hacia atrás, la ve por sus hombros y susurra:

—Voy a contar y cuando llegue hasta tres corres— se tensa un poco al escuchar los hombres acercarse—, y te escondes hasta que yo te encuentre, ¿escuchaste?

La hija del Emperador se relame sus labios y dice que si con su cabeza al notar esos ojos azules llenos de desesperación.

—Todo estará bien—le dice él, soltando su pequeña mano y dándose la vuelta para encarar a los hombres—. Uno, dos... ¡tres!

Hinata corre como nunca lo ha hecho, ve hacia atrás, los tres hombres se abalanzan como animales hacia su presa que en este momento es Naruto. Deja de ver la escena. Gira varias veces en los pasillos para "confundir" a los hombres si es que llegaran a sobrevivir porque, vamos, ese rubio tiene mucha experiencia por ser un Gladiador en una Ludus de renombre, ¿verdad?

Llega hasta una habitación tanteando en la pared con sus manos, abre la manija y sin hacer el más mínimo ruido la cierra. La luz de la luna que entra por el balcón la ayuda en este momento. Observa hacia su alrededor pero se detiene por completo al escuchar un lloriqueo de afuera.

GladiadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora