Hinata.
Un silencio inunda la habitación.
Sakura coloca en su cabello un par de broches hechos de oro, mientras que Ino acomoda la túnica holgada color zafiro, esta tiene muchos pliegues con bordados en color dorado.
Nadie ha entablado conversación y no quieren hacerlo.
Esclavas del emperador dejan comida y agua, no pueden ocultar su sorpresa al ver las antiguas esclavas predilectas de la Domina Hinata ahí después de dos semanas de ausencia.
—Domina—susurró Ino—, ¿le molesta la estola?
Hinata la ve de reojo e intentando no sonar "fría" dice:
—Apriétala un poco más fuerte, me siento rara, parece como si trajera una enorme sabana en todo mi cuerpo.
Sakura e Ino sueltan una risilla, aligerando el tenso ambiente, la hija del emperador aprovecha esa oportunidad para poder calmar su culpabilidad.
—Lamento mucho encerrarme en mi habitación—reveló Hinata, sintiendo como sus amigas se tensan—, no sabía cómo reaccionar. Yo tengo la culpa por siempre querer visitar a mi padre. Jamás pensé que fuera capaz de hacer eso...
—No tienes la culpa—interrumpió Sakura—, tú solo querías pasar tiempo con él. No sé qué demonios le pasó, cambió demasiado, ya no puedo reconocer a ese hombre que nos trataba bien. Es como si lo hubieran cambiado por alguien repulsivo...
—Sakura no te contó nada para que no lo odiaras—intervino Ino, levantándose—. Lo admirabas mucho en ese tiempo, así que no quería lastimarte por decir lo contrario.
—Además, no hizo nada—agregó la peli rosa—, solo me tocó, no fue más allá...
Hinata asintió para que ya no prosiguiera, porque puede escuchar un leve temblor en la voz de Sakura.
Tocamiento o no tocamientos jamás podrá perdonar a su Padre.
Cuando él iba a visitarla a su habitación, por su súbito comportamiento de encierro, le daba asco que tocara sus brazos en un intento de tranquilizarla pero era todo lo contrario, muchas veces quería recriminarle lo que hizo con la peli rosa pero jamás tuvo la valentía de decírselo por miedo a que le hicieran daño a las tres.
Suelta un suspiro lleno de resignación.
En verdad amaba demasiado a su padre cuando era una niña, se sentía orgullosa al ver como trataba bien a todo el mundo sin importar su origen o status social, era un hombre honorable en toda la expresión de la palabra, el consejo siempre lo felicitaba por sus buenas obras, Roma era una potencia en negocios y no en la guerra.
Sin embargo, de un momento a otro, empezó a tratar mal a Hana, la golpeaba estando embarazada de Hanabi, le fue infiel con Lilith por muchos años y al final las mandó a una villa totalmente alejada de Roma cuando nació su hijo ilegitimo, las tres tenían prohibido salir, los guardias eran sus espías y Hana no podía entrometerse en asuntos importantes del consejo por ser "mujer" cuando, en realidad, Hiashi y ella, habían acordado en secreto que no sería así.
—¿Domina, está lista?
Las tres chicas miran hacia la puerta, encontrándose con la mano derecha del Emperador, Boren, y un par de esclavas más que cargaban varias cosas.
—Estoy lista.
Todo el mundo sale al pasillo principal y enseguida llegan al patio trasero.
Varios carruajes bastante llamativos están alineados correctamente. El primero será utilizado por el Emperador y su "mujer", el segundo por Hinata y el tercero para Hiashe que acaba de regresar hace un par de días, nadie sabe con exactitud a donde fue pero los rumores dicen que fue con su hijo a Grecia.
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Gladiador
FanfictionHinata lo sabia, tarde o temprano tenía que suceder, pero jamás se imaginó que pasaría con un Gladiador. Publicada un 5-09-17 NOTA: Algunos capítulos están basados en la Serie Spartacus.