XI: AMADOS

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Jiraiya y Tsunade

Cuarto coloca una montaña de denarios en la esquina de su mesa.

Kabuto, su mano derecha desde hace un par de años, los tomó sin verlos, empieza a contarlos con sumo cuidado y por ultimo anota en un pergamino cuanto es su ganancia.

Quinientos denarios conseguidos en una sola noche.

Jiraiya, hace un par de días, apostó con el Emperador de Roma sobre quien ganaría entre el combate de Naeus y Naruto. Hiashi se dejó guiar por el seudónimo "Gladiador Estrella" de Naeus y eso ocasionó que perdiera. Jiraiya jamás había estado más feliz en su vida.

Su amada Lady Tsunade se escucha en el pasillo dando órdenes a sus esclavas para que coloquen otras cortinas porque su queridísima amiga Lilith viene en camino.

Resopla negando con la cabeza.

Jamás entenderá por qué las mujeres son así. ¡Acaban de verse hace un par de días por todos los dioses!

El hombre mayor está a punto de abrir un cajón especial para sacar mas denarios, no obstante uno de sus Guardias llega sudoroso y con falta de aire interrumpiéndolo.

—Señor...—tomó una bocanada de aire y continuó—: le informo que los Gladiadores Naeus y Naruto pelearon en la cocina por tercera vez esta semana. Ya los colocamos en sus celdas. En esta ocasión el que empezó todo fue Naruto.

Jiraiya hace una mueca de disgusto.

—Ese chiquillo greciano ya necesita un escarmiento—murmuró para él mismo—. ¿Acaso no fui muy claro con él sobre portarse bien?

Suelta un suspiro.

Piensa en todas las cosas que tiene a la mano para castigarlo, pero solo hay una cosa en específico que le gusta mucho. La ha empleado con el mismísimo Naeus y un par de Gladiadores que al día de hoy están muertos. Le trajeron dinero fácil a sus manos y a ellos experiencia a la hora de luchar con otros contrincantes.

Es como matar dos pájaros de un tiro.

El Baúl.

Un lugar clandestino que está a las afueras de Capua y es liderado por tres hermanos, ahí no importa si eres Gladiador o no, lo que importa es apostar, ser un espectador y salir victorioso.

Naeus era peor que Naruto hace un par de años, se creía el Emperador de la Ludus y no era así.

En esos tiempos mandaba Crixus, el mejor Gladiador que ha tenido esta Ludus. Naeus lo intentó asesinar en varias ocasiones por que él quería ser el mejor y eso ocasionó la reprimenda del Baúl. Ganó por cinco días seguidos, prometiéndole a Cuarto que jamás tentaría con la vida de otra persona.

Lo hizo.

Mantuvo su promesa.

Hasta ahora.

­—Kabuto, prepárate, hoy saldremos—comunicó Jiraiya, levantándose de su asiento y yendo hasta su amada.

Su mano derecha solo asintió en respuesta.

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