Capítulo 22| ¡No te compartiré!; Preocupación.

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Las puertas de la preparatoria se abrieron y todas las miradas se enfocaron específicamente en una pareja recién formada, ambos tomados de las manos se robaban toda la atención de chicos y chicas, auxiliares y profesores. Cuando pasaban por los pasillos todo era susurro, todos les miraban fijamente, o más bien ¡a sus manos entrelazadas!

—¡Son todo un cliché!—exclamé en dirección a la nueva pareja, Videl y Trav. Pero ¡claro! La hija de Mister Satán con un chico tan... común, pues no sabe artes marciales ni es multimillonario, no obstante, Trav es genial a su manera. Oh, y guapo... cómo no, eso lo sacó de la hermana.

—¿Vamos a clases?—La campana había acabado de sonar y Gohan sostenía mi mano desde que ¿nos encontramos en la entrada de la preparatoria? Lo bueno es que nadie nos mira como lo hacen con Videl y mi hermano ¡ellos son como la novedad! Nosotros somos los invisibles —agradezco ello—, lo que no me gusta es que cuando Gohan está solo ¡le llueven chicas pidiendo autógrafos del gran Sayaman! Pero no me quiero amargar el día pensando en ello.

—Vamos.

Unas semanas han pasado de la aventura con el tal Majin Boo. Ya ven que estoy como en algo serio con Gohan, eh. Al día siguiente de despedirnos en esa especie de templo apareció en la ventana de mi habitación ¡Qué pena que justo mi padre —que se había dado un descanso en el trabajo— entró por la puerta! Y no entró cuando Gohan estaba específicamente en la ventana, sino cuando estábamos sentados en mi cama y éste se despedía de un tímido beso. Beso que casi causa un infarto en el general Izumi.

—¿Puede leer el siguiente párrafo, señorita Izumi?

Sinceramente no es muy lindo recordar lo que ocurrió a continuación. 

—¿¿Señorita Izumi??

Agradezco que Gohan sea Saiyajin, o mi padre ya lo hubiese matado...

—¡¡Señorita!!—un azote a mi mesa causa que salte en mi lugar. ¡Viejo bruto!—. ¡¡Al pasillo!!

Me coloco de pie con pereza, sin ganas de contradecir al querido profesor comienzo a caminar en dirección al famoso pasillo. Tras llegar me cruzo de brazos, y bien ¿cómo pasaré el tiempo que queda sin aburrirme?

—¡Joven Gohan, al pasillo!

Bingo.

(...)


—¿Así que creías que Videl...?

—Exacto—respondo sintiéndome verdaderamente avergonzada ¡fui una tonta! Eso me verifica que no sirvo para hacer el bien.

¿Qué? Cada vez que trato de hacer algo bueno queda un desmadre enorme.

—Lisa, yo sólo te amo a ti.—¡Ay, qué palabra tan fuerte!—. Sea quien sea el que me quiera ¡aunque fuese tu hermano!—¿Qué clase de ejemplo es ese?—, no renuncies a mí...

—Aunque sea catalogada como la perra más egoísta ¡no te compartiré!

Éste comenzó a reír por lo bajo y miré el cielo.

—Falta tan poco para graduarnos—pienso en voz alta mientras remuevo mi cabello con ansias. Ni siquiera sé qué quiero estudiar en la universidad, no sé qué quiero hacer el resto de mi vida.

—¿Qué quieres estudiar?—pregunto a Gohan quien coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja.

—Cuando pequeño quería ser un gran investigador...

—¿Y ahora?

—Ahora sólo quiero formar una familia contigo.—No alcanzo ni a responder, éste me abraza de golpe causando que ambos comencemos a rodar por el césped en que estábamos sentados hasta terminar él sobre mí, sonrío.

—Podrías cumplir ambas—digo, y a la par sus labios se pegan a los míos. Sus besos ahora son más intensos, todo lo hace la práctica ¿no? Antes se notaba a millas que él no sabía besar ¿y yo? Aún ni me acostumbro, siempre había tenido como un miedo al besar... no sé... Temor a que choquemos nuestra nariz contra la del otro, o qué sé yo. Algo que amo hacer al besarle es sostener su cabello ¡amo su extraño cabello! Y ahora eso hago, acariciar su cabello siguiendo sus tiernos besos, pero el sonido que indica la vuelta a clases nos saca de nuestro ensueño.

Gohan choca nuestros labios una última vez y se coloca de pie para seguido de ello estirar la mano a mi dirección, la tomo y ya ambos de pie comenzamos a caminar a nuestro salón que, por cierto, al entrar siento como choco contra un cuerpo, Gohan me sostiene —ya que perdí el paso— y no tardo en voltearme para ver cómo se perdía a través del pasillo un tipo —o quizás tipa, no lo sé— vestido con una capucha negra.

¿Uh? ¿Por qué habrá tenido tanto apuro? ¡Bah, no me interesa!

(...)


Muy bien, hora de ir a casa.

Comienzo a guardar mis cosas en la mochila pero, al momento de levantar mi libro de literatura, una especie de ¿carta? Cayó al piso y no tardé en levantarla para, sigilosamente, doblarla y guardarla en mi bolsillo.

—¡Nos vemos en casa, hermana!—Oh, claro. Como es costumbre Trav irá a dejar a Videl, no me quejo; a mí me va a dejar Gohan, sin embargo, esta vez...

Asisto en dirección a mi hermano y salgo con velocidad del salón, apresurándome en llegar al baño. Al hacerlo comienzo a recuperar el aire y no me dedico mucho a ello ¡al instante saco la carta de mi bolsillo! No tiene remitente, extraño...

Me detengo unos segundos, ¿por qué me estoy comportando como si estuviese haciendo algo malo? No lo pienso demasiado, la curiosidad me gana y rompo el sobre para ya comenzar a desdoblar el papel.

Es sólo una carta ¿por qué estoy tan nerviosa?

(...)


Salgo del baño a paso rápido, con el corazón acelerado ¿qué rayos había sido eso? ¿Qué estaba pasando? Y peor ¿¡Qué carajo iba a hacer? Una mano en mi hombro me interrumpe, más que ello, me hace dar un brinco y jadeo del susto en mi lugar. Tras girar la cabeza le puedo reconocer, ¡Gohan!

—No te aparezcas así de la nada, casi me dejas tiesa—le digo tocando el sector izquierdo de mi pecho, exactamente donde está el corazón.

—Tú tampoco me asustes así, Lisa ¿dónde estabas?

—En el... baño.

—Oye, ¿pasa algo? Te vez pálida...

—Nada, nada.—Sonrío de forma improvisada para despreocuparle. Ha ha de tener sus problemas ¿para qué pasarle los míos?

—Ya se hace tarde, ¿vamos?—A sus palabras volví a sonreír sin ganas.

—Eh... n-no gracias. Caminaré esta vez.

Y lo que no quería ocurrió. Gohan me miró con preocupación.

CICATRICES  ━ Son Gohan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora