Capítulo 27| Al estilo Izumi.

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—Raro.

—Bastante.

Tanto Trav como yo estamos siguiendo a Gohan. Es que ¡¡ah!! ¡Está raro! ¿Acaso era posible que fuese más raro de lo que ya era? Pues sí.

Oh. No he mencionado lo importante, tanto Trav y Videl como Gohan y yo hemos salido del instituto. Gohan  estudia para ser —según él— el mejor investigador, y yo —ignorando a mi suegra que no paraba de parlotear sobre la mejor esposa, ama de casa o qué sé yo— he por fin tomado una decisión que radica en estudiar criminalística. Y volviendo a lo que me tiene preocupada... pues se trata del idiota de mi novio. En estos últimos días ha estado raro, tanto Trav como yo lo hemos notado y se me ocurrió la brillante idea de seguirle. Así que eso hacemos.

—¿Una florería?—¿Por qué Gohan compraría flores?—. ¿Te compra flores?—pregunta mi hermano a mi dirección, a lo que niego a regañadientes. No quisiese pensar mal de Gohan, de seguro va ¿al cementerio?

—¿Videl?—Apenas escucho a Trav vuelvo a prestar atención así mirando a la recién llegada. Sí, es Videl, y Gohan le entrega las flores ¿qué rayos? Ambos se sientan en una banca, yo no tardo en acercarme con mi hermano siguiéndome igual de confundido. Algo aquí me huele mal y esta vez no es mi hermano.

—No te pongas nervioso. Respira y habla.—Mi novio asiste.

—Yo... te amo y b-bueno, quería de-decirte que t-te amo y quisiera...

¡¿Qué rayos?! No, no, nada de mal interpretar. Confío en Gohan... Quizá ambos... ¿ensayan una obra?

—¡Pero qué tierno eres, Gohan! Pareces un tomate, ya te imagino cuando...

Un puñetazo manda a volar a mi novio ¡y al instante salgo de mi escondite para ir a su rescate!

—¡¡Trav!!—grito con fastidio. ¡Es un impulsivo! ¡Un impulsivo idiota!

—¡No es lo que crees, Trav!—grita Videl.

Pensándolo bien, ahora la cosa se puso más rara. Mi hermano mandó a volar a Gohan ¡a Gohan! Eso sólo puede significar que mi novio estaba con la defensas bajas, más bien, ¡nulas! Miro al paliducho en el piso, sigue en silencio como si nada. Al notarme se coloca de pie de golpe, al parecer como reaccionando, y trata de esconder las ya arruinadas flores tras su espalda.

—¿Gohan? Dime qué sucede. No quiero mal interpretar, pero ya sabes. Todo está muy raro por aquí—rio rascando mi cabeza. Oh, rayos ¿acabo de rascar mi cabeza cómo suele hacerlo él y su padre? ¡Mala junta, muy mala junta!

—Eh... yo... ella

—¿Sí?

—Bu-bueno, es que nosotros...

—¿Ustedes?—alzo una ceja acercándome, mas éste da un paso hacia atrás para mantener distancia.

Suelta un risa nerviosa—. B-bueno...

Ay, no tengo todo el día.

—Cuando quieras decirme qué sucede, sabes dónde encontrarme. Vámonos Trav.

(...)


—¿Gohan? ¿¡Qué demonios!?

—B-bueno...

Trae puesto un smoking blanco bastante lindo, y bueno... creo que ya todos saben a qué me refiero con lo de "ha estado raro"; Toda esta semana ha venido tartamudeando y vistiendo distintos conjuntos. Al principio creí que sería una nueva moda suya, pero no sé... su actitud es extraña.

He de admitir que hoy me ha sorprendido, el smoking azul marino de ayer no se compara al blanco de hoy. ¿De dónde sacará tantos?

—Gohan, viniste a explicarme ¿no?

—S-sí, además... y-yo...

—Pasa—le doy la espalda dispuesta a entrar pero me giro cuando noto que no me sigue.

Alzo mi ceja casi automáticamente.

—¡Tonto, tonto!—grita entre murmuros golpeando su cabeza, ignorando que le estoy mirando con mis ojos entre cerrados ¡qué hombre más raro!

—Gohan...

—¡Lisa!—su rostro vuelve a enrojecer y allí noto las flores aún destrozadas en su mano.

—¿Qué hacías con Videl?

—B-bueno, ensa-sayábamos

—¿Una obra?

—N-no... es que... yo... tú...—Saca algo de su bolsillo; Una caja, no, una especie de... ¿¡cofre!?

¿Es lo que yo creo que es? Gohan traga con dificultad. ¡Por Kami! Veo que en cualquier momento le va a dar una taquicardia a este hombre.

—¿Qu-quisieras? ¡Ah!—se toma el cabello de forma dramática donde le sonrío con ternura. Bien, no tardo en quitarle el cofre de las manos. Éste me mira sorprendido mientras me coloco de cuclillas frente a él.

Si no interfería, de seguro terminábamos mañana ¡qué mañana! ¡En un par de semanas!

—Querido idiota. Te amo a tal punto que te haría de todo menos el aseo—sus mejillas se tornan rojas captando el doble sentido—. ¿Me harías el honor de ser mi queridísimo pero idiota esposo?

Abro el cofre y sí, como pensaba: Un anillo de compromiso. Dios... muerdo mi labio al notar el tan peculiar color rosa de éste; es un detalle hermoso.

—Eh... yo.—Finalmente suelta un suspiro—. Acepto.

CICATRICES  ━ Son Gohan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora