Sax (VKook +18)

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El grupo de estudiantes usaba camisetas del mismo tono de amarillo mientras marchaba varias millas bajo el cielo ardiente. Amarillo, el color contradictorio, el de la alegría pero también el del egoísmo. Justo por eso lo habían elegido, porque simbolizaba cómo se sentían. Todos ellos eran forzados a realizar su trabajo perfectamente, con entusiasmo y optimismo, pero las condiciones en las que los tenían no eran nada agradables. Taehyung y Hoseok caminaban uno al lado del otro, estaban decididos a hacer valer los derechos que les correspondían como músicos profesionales. No podían creer que además de estar obligados a tener al menos dos trabajos para pagar un alquiler en algún apartamento mediocre, la orquesta universitaria donde estudiaban y tocaban les estuviera cobrando tanto dinero para pagar un seguro médico.

Hacía poco menos de un mes, la Universidad Libre de Música a la que ambos asistían, había decidido subir hasta las nubes el costo de los servicios médicos y además les demandaba pagar un seguro obligatorio a pesar de que estuvieran sanos. Sus sueldos en la pequeña orquesta y como profesores de medio tiempo en Music-Mind no daban para costear aquel disparate. Por eso, ambos habían organizado una multitud furiosa de estudiantes para salir a protestar. Incluso le habían pedido su participación a Yoongi, quien era autodidacta y no estaba registrado en ninguna institución formal de música porque su carrera 'oficial' era en química. Sin embargo, aunque no tuviera injerencia directa en el asunto y le pareciera fuera de lugar asistir al evento, sí les había echado una mano redactando pliegos petitorios y cartas a los altos rangos de poder de la universidad. Después de todo, ellos eran sus colegas y él hábil y elocuente cuando de escritura formal se trataba.

Sabían que una marcha estudiantil podía lograr que los directivos se sintieran atrapados, rodeados por cientos de alumnos trabajadores que no hacían más que exigir justicia. Pero para Tae organizar esto no había sido nada fácil, no con la figura de Jungkook que constantemente lo atormentaba y le llenaba de alfileres el lado izquierdo de su pecho. El desorden de su vida había alcanzado su punto culminante con la mezcla de un caos económico y amoroso. Viendo así las cosas, su realidad ya no le parecía apasionante, era un hombre sin alma con un corazón en reposo. –¡¡Seguro médico asequible, seguro médico asequible!!– gritaban en coro luego de que Tae lo dijera primero en el megáfono. Algunos llevaban guitarras, tambores pequeños y hasta baks para acompañar las consignas con melodía.

Unos minutos más tarde, las luces de las calles se encendieron y la caminata había finalizado pacíficamente. El ruido de las conversaciones subieron de tono y se fueron dispersando cuando los estudiantes tomaron diferentes rumbos. Hoseok y Tae se dirigieron a un café cercano con sus pancartas enrolladas y las camisetas amarillas bañadas en sudor. Ahora, lo único que quedaba por hacer era esperar y, si no funcionaba, repetir la protesta con más fuerza. –Gracias– dijo Hobi mirando a su amigo. –A ti por no dejarme solo en esto y ayudarme a conseguir participantes– respondió el de cabello gris luego de pasar sus ojos por el menú.

–¿Ya me dirás qué pasa?– el más alto cambió de tema sin ser sutil.

–¡Ah! ¿Otra vez con eso?– Tae respondió la pregunta de su amigo con otra interrogante.

–Sólo dame el resumen, ¿de qué se trata?

–Es cierto que algo me pasa, pero no es nada de lo que debas preocuparte, sólo estoy inquieto.

–Ya lo sé. Por eso. Comencemos por el principio entonces...– Hoseok no se daría por vencido en esta ocasión.

–La cuestión es... se trata de un chico. De ese chico, con el que me besé en tu recital de guitarra.