Sax (VKook +18)

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Un ligero presentimiento atravesó su mente y recorrió su espina hasta llegar al estómago en forma de dolor. No podía dejar de pensar en el reportaje de esa mañana y seguía rumiando las posibles razones detrás de aquel extraño acontecimiento. ¿Por qué Taehyung, junto con todos los demás músicos habían faltado a su propio espectáculo? Salió de su ensoñación y se giró hacia atrás, descubriendo que Jimin se acercaba a él con cara de sorpresa y una paleta metida en la boca. Cuando estuvo cerca de su amigo el pequeño Park se sacó el caramelo escarlata y comenzó a hablarle:

–¿Viste las noticias? Parece que Hoseok está en problemas, ¿no?

–¿Hoseok? Pensé que preferías ser formal con él y llamarlo Sr. Jung.

–Ah...sí, pero supongo que hemos convivido un poco más y se me ha ido quitando. Ya sabes, lo he visto un par de veces fuera de clases.

–¿Qué?

–Sí...el otro día estuve en el apartamento de Taehyung y...

–¡¿Qué?!

–Calma, calma. Sé que ustedes dos todavía no se llevan muy bien y no es lo que estás pensando, descuida. Fui allá porque Yoongi me invitó y...

–Espera, ¿ya son novios?

–Sí, es decir... algo así

–Creo que hace mucho que no hablamos, ¿cierto? Parece que ahora me guardas un montón de secretos.

Jimin suspiró y ladeó la boca, no podía negar que aquello fuera mentira, pero en su defensa no sólo había sido su culpa. Jungkook también había estado más ocupado que de costumbre y ambos comenzaban a tomar decisiones difíciles sobre la carrera que estudiarían y la universidad donde querían entrar. Los ratos libres en la escuela pasaban demasiado rápido y no sentían que fueran los mismos mejores amigos de siempre. Por eso optaban por evitarse a la hora del receso y en el trayecto de la escuela a las clases de guitarra sólo hablaban sobre generalidades o cosas irrelevantes. –Te extraño, Galleta. ¿Podemos volver a ser como antes?– la vocecita de Chim Chim le acarició las fibras más aterciopeladas del corazón.

Encima, Jungkook no podía quejarse; él tampoco le había contado sus últimas noticias a Jimin e incluso se había atrevido a mentirle en más de una ocasión. –Yo también te extraño mucho, Jiminie. Pongámonos al día hoy mientras caminamos a Music-Mind, ¿bien?– propuso el azabache al tiempo que se dirigían hacia el aula.

Luego de realizar un montón de problemas matemáticos, aprender nociones complicadas sobre programación y dialogar sobre encrucijadas lógicas y filosóficas, por fin llegó el término de la jornada académica. Los dos chicos recogieron sus cosas rápidamente y comenzaron su paseo típico de cada lunes. Iban comiendo sándwiches y otros bocadillos que no necesitaban de cubiertos ni de buenos modales.

–Bi...en cof cof... ¿entonces cof ahora tienes novio cof?– dijo el más alto, ahogándose con un bocado de pan.

–Sí, pero es una relación abierta. Vaya, mi primer novio serio y es así de permisivo. Supongo que es genial pero me siento raro.

–No hagas nada que no quieras hacer, no es obligatorio seguir con él.

–Pero...quiero hacerlo.

–Está bien entonces, haz lo que te haga sentir mejor.

–¿Desde cuándo das consejos amorosos? Y sobre todo consejos tan indulgentes.