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Al llegar al apartamento de Tae, Jungkook se acercó con paso lento al mismo sofá en donde había conocido a Min Yoongi. No pudo evitar sentirse como un traidor; por su culpa, por haber estado en el lugar incorrecto había resultado herido y seguro la protesta había fracasado. Todo el trabajo y el tiempo que les había pedido a sus amigos y familia invertir en ello acabaría en la basura, era un verdadero fastidio. Comenzó a llorar, primero por pensar en eso, y después porque sus primeras lágrimas se sintieron como gotas de aceite hirviendo sobre su párpado dañado. –¡AAARRRGGGH!– se quejó procurando no tocarse la piel inflamada. Taehyung corrió hacía él sin saber muy bien cómo ayudarlo. Simplemente besó el llanto que le corría por el rostro y se detuvo cuando encontró los labios del azabache.


Para Jungkook aquella acción le pareció un crimen, después de toda su historia juntos y de todo lo que el saxofonista le había dicho no era posible que ahora lo estuviera besando así como así. El menor giró la cabeza y se levantó para dar un par de pasos en dirección contraria.


–Quisiera tomar una ducha, ¿puedo?– pidió, todavía soltando un llanto gordo y doloroso.


–Ah...cl...claro– tartamudeó Tae frente al rechazo. –Hay toallas limpias en la repisa del baño, ahora te presto una camiseta y unos pantalones cómodos– ofreció el desconcertado anfitrión.


El agua tibia acariciaba la espalda marcada de Jungkook mientras el muchacho no movía un solo músculo. Las horas habían transcurrido y se preguntaba qué había pasado con Hoseok, Yoongi, Namjoon y el resto de las personas que habían permanecido en la protesta. ¿Alguien más habría resultado herido?, ¿los habrían echado a patadas de ahí? Quiso dejar de darle más vueltas y se enjabonó el cabello cuando, inconscientemente, comenzó a cantar. Su propia melodía lo dejaba sentir paz, lo arrullaba como si fuese un niño pequeño en los brazos de su madre.


Afuera, en la habitación, Taehyung se quedó mudo al escuchar tal sonido. Dejó lo que estaba haciendo para acercar su oído a la puerta del baño, no podía creer que aquella voz perfecta le perteneciera a Jungkook. No había ningún defecto en él, incluso su manera de hacer las acciones más simples lo dejaba sin aliento. Dejó que su cuerpo se resbalara por la superficie y terminó sentado en el piso con la espalda y la nuca pegadas a la puerta de madera. Sólo quería seguir oyéndolo, pero cuando la letra de la canción perforó su corazón, no pudo evitar sollozar con todos los sentimientos de remordimiento que lo acechaban. Ni siquiera conocía aquella canción ni a su artista original, pero esos versos ululando desde la garganta de su Kookie le arrugaron el alma.


No limit in the sky

That I won't fly for ya

Tae inhaló.


No amount of tears in my eyes

That I won't cry for ya

Sostuvo el aire.



With every breath that I take

I want you to share that air with me


There's no promise that I won't keep

I'll climb a mountain, there's none too steep

Exhaló en un suspiro.


When it comes to you

Sax (VKook +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora