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Ese miércoles en Music-Mind fue muy diferente. Hoseok estaba listo para darles otra lección de guitarra a los chicos, pero cuando Jungkook y Jimin entraron a toda prisa en el salón y Namjoon ni siquiera se molestó en sacar su instrumento del estuche, el profesor supo que los tres estudiantes tenían algo más en mente. El torpe castaño estaba al tanto de la situación ya que Jin le había contado todo y ahora utilizarían el tiempo de la clase para planear el siguiente movimiento juntos. Lo más importante en ese momento era ayudarle a Nam a idear una estrategia para llevar la problemática de los universitarios a su preparatoria y decirle a Hoseok que todo estaba listo para volver a organizar a sus compañeros.


Namjoon

Seokjin

Yoongi

Hoseok

Jimin


Aunque Tae procuraba mantener informado a Hobi sobre los avances que se producían al respecto, los hechos ocurrían tan rápido que no podía seguirle el paso a Kookie. El chico se estaba desviviendo por él: se despertaba a las cinco cada mañana para ejercitarse; iba a la escuela con la mejor intención de evitar distracciones y sacar buenas notas; junto con Taehyung ajustaba la logística para una protesta que cada vez se veía más cerca y, finalmente, se desvelaba todas las noches haciendo tareas y preparando sus propias solicitudes para la universidad. No cabía duda de que Jungkookie se había convertido en el director de esta orquesta caótica lidereada por su mejor amigo, su hermano, el novio de su hermano y tres músicos locos que le habían puesto la cotidianidad de cabeza.


–¡Hoseok! Lo siento pero hoy no habrá clase. Necesitamos ayudar a Namjoon con algunos anuncios que pegará en su instituto y presionar a Yoongi para que le envíe las cartas faltantes– el azabache informó sin dejar de mirar unos calendarios en su computadora portátil. Ni siquiera notó que había mencionado al 'innombrable' en presencia de Jiminie. Un silencio incómodo llenó el oxígeno entre los cuatro jóvenes. –Lo...lo siento yo...– balbuceó Jungkook.


–¿Por qué? No estoy hecho de papel ni de azúcar. Me da igual– reclamó el más bajito claramente molesto.


El ambiente permaneció enrarecido hasta que, de un portazo, Taehyung entró en la habitación y se sentó en el suelo junto al pelinegro, disculpándose por la tardanza. Maldijo el asqueroso tráfico urbano y comenzó a darle instrucciones al guitarrista para que instruyera cuanto antes al resto de los músicos. Le tendió una hoja blanca donde estaban enlistadas una serie de reglas que todos debían seguir al pie de la letra en el momento de la verdad:


1. Usar una camiseta amarilla.

2. Llevar pancartas legibles y no ofensivas.

3. Permanecer juntos, no separarse del grupo ni apurar el paso.

4. No vandalizar los alrededores ni dañar las instalaciones universitarias.

5. Evitar caer en provocaciones.

6. Tener siempre en cuenta que se trata de una protesta pacífica. No agredir ni violentar a nadie.


Los minutos pasaron y todos se sentían mucho más confiados con el plan; luego de haber intercambiado dudas y consejos para tener una mejor convocatoria en el evento desde sus respectivas áreas de acción, ahora hasta se atrevían a bromear y sonreír. Sí, era una situación angustiosa, pero al menos les había servido para volverse más unidos y sentirse seguros en una red de protección. Claro que el drama no había terminado todavía y la rigidez prevalecía entre el saxofonista y Jungkook y entre Chim Chim y Min. Las cosas incluso se habían puesto feas cuando Kookie tuvo que confesarle a Yoongi lo que le había dicho a su mejor amigo.

Sax (VKook +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora