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Una bandada de aves se posó en el ventanal del salón. Jin sonrió ante la vista y se dirigió a un pequeño cofre decorado que contenía brillantina en frascos, marcadores de colores, sellitos y calcas de animales. Los miércoles le tocaba enseñar al grupo más joven de toda la escuela y le encantaba; convivir con los chicos de primero, tan puros y espontáneos, era uno de sus momentos favoritos de la semana. Los pequeños estudiantes entraron al lugar en desorden y buscaron sus asientos cuando la campana retumbó en los oídos del azabache.


–Muy bien, chicos, atención. Hoy haremos una actividad súper divertida. Me van a contar qué es lo que quieren ser de grandes, ¿en qué van a trabajar?– anunció el hermoso maestro mientras les repartía hojas blancas a los niños.


–Cuando sea grande quiero seeeeer...– comenzó a decir una pequeña que llevaba el cabello recogido en dos coletas y un suéter estampado con la cara de Anpanman.


–¡Pero esperen!– interrumpió Jin. –Tienen que decírmelo con un dibujo. Para eso son los materiales que estoy repartiendo. Primero hagan su pieza de arte y después le contarán a toda la clase por qué ése es su trabajo soñado. ¿Preguntas?–


–¡No, profesor Jeon Seokjin!– gritaron los alumnos en un coro desafinado.


El pelinegro se volvió hacia la ventana para comprobar que los pájaros se habían marchado. Para su sorpresa, los chicos trabajaron en silencio y después de una media hora les indicó que tenían un máximo de cinco minutos más para terminar el ejercicio y comenzar a presentar el resultado frente a todos. Al decir esto, uno de sus estudiantes más tímidos levantó la mano y le pidió ser el primero en pasar. Aquello era una gran alegría para Jin. Así de fácil es hacer feliz a un maestro, pensó cuando le otorgó la palabra a su alumno asocial.


Las miradas cayeron sobre el niño de facciones delicadas que se levantó lentamente de su lugar y a pequeños pasos logró posicionarse junto a la pizarra. Aunque él fuese una de esas personas incapaz de encajar en un grupo de amigos, Jin lo reconocía como el estudiante más brillante que había tenido a su cargo; su creatividad solía desbordarse cada vez que realizaba una tarea y era perspicaz para asuntos relacionados con los números y las letras.


–Cuando sea grande quiero ser músico– el niño habló bajito y mostró su dibujo: un muñeco hecho en tinta negra con trazos sencillos. Lo único que destacaba por el brillo y el relieve eran unas maracas construidas con macarrones secos cubiertos en purpurina roja. –En las vacaciones pasadas mi mami y mi papi me llevaron a un lugar que se llama El Caribe. Ahí escuché a un viejito tocar estas cosas, son maracas. Todos se pusieron felices cuando escucharon el sonido que un viejito hizo cuando movió las maracas hacia todas partes. CHI-CHICHICHI-CHI– el niño intentó emular la música del instrumento antes de seguir con su historia. –Voy a ser un maraquero cuando sea grande porque quiero que todos sonrían a mi alrededor y bailen.–


El salón se bañó con un sosiego extraño que se rompió cuando el resto de los alumnos aplaudió a la participación de su compañero. Es fácil imaginarse por qué Jin no se unió al grupo de palmas que lo rodearon sin poder regresarlo a la realidad. Lo único en lo que podía pensar ahora era en la gran pelea que había tenido con Jungkook el día anterior. Su hermano por fin había decidido hablarle con la verdad; le contó que seguía viéndose con aquel odioso saxofonista y que estaba perdidamente enamorado de él aunque su cariño no fuera del todo correspondido. También le confesó que necesitaba de su ayuda e incluso se atrevió a mencionarle su descabellado plan para ayudar a todo el ensamble musical de la universidad.


Jin había respondido con desprecio porque creyó que se trataba de una broma. No había manera de que Jungkook pensara que él arriesgaría su perfecto trabajo como maestro sólo para apoyar a ese tal Taehyung y a sus amigos. No, de ninguna manera le pediría a su jefe, al director del Instituto Ususeong Para Jóvenes Destacados, que se metiera en el asunto públicamente, menos ahora que la batalla entre la Universidad Libre de Música y los alumnos del ensamble se estaba volviendo un evento importante para toda la ciudad.


Sax (VKook +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora