Por favor voten, comenten y recomienden mi historia, así me entero de que les gusta y me hago el ánimo para continuar. :D
Unos dedos blancos se entrelazaron con los suyos. Jimin no tuvo más opción que evitar ponerse más rígido, estaba muy nervioso pero se sentía afortunado de encontrarse en aquel lugar con Yoongi. Los ojos del mayor se concentraban en un lomo posado sobre un librero. Al bajito no se le venía nada a la mente, no sabía qué decir y tenía miedo de arruinar el momento, de sonar infantil frente a su cita. No entendía por qué estaban en una biblioteca pero supuso que pronto le darían razones. –Lamento si ésta no era tu idea, Jimin– el peliblanco se disculpó. –N...no, no, está perfecto, gracias– el menor bajo la vista e inclinó su cabeza. Se sentía estúpido ofreciéndole una especie de veneración a alguien que estaba tomándolo de la mano pero, después de todo, ahí estaba la diferencia de edad; Jimin calculaba que le llevaba al menos cinco años.
–Debo hacer algunas cosas mañana en la escuela y necesito estar listo, tengo que preparar unos apuntes y... lo había olvidado, si no te hubiera propuesto otro día. Pero prometo que después iremos al parque...bueno...ya estará oscuro. ¿Quizás quieras cenar?... No lo sé– Yoongi no se sentía tan fresco ahora, daba la impresión de que tal vez no salía mucho en citas. La verdad era distinta, el músico era un chico activo que disfrutaba trabajar dando conciertos de piano, leer narrativa y estudiar química en la universidad, pero también adoraba salir a fiestas, conocer muchachos lindos, charlar con ellos y tener sexo. Sin embargo, Jimin era distinto, el tipo de joven que siempre parece tener una mirada dulce y una tierna sonrisa que hace de sus ojos líneas finísimas. El mayor no tenía suficiente experiencia con personas así, por eso en este caso "había que empezar en las tinieblas, un poco a ciegas, y procurar hacerlo bien", reflexionaba Yoongi mientras recordaba una frase de su novela favorita.
***
Jin había recibido a Namjoon en su casa hacia apenas dos horas y ambos ya soltaban carcajadas y bebían la tercera ronda de soju. Jungkook los escuchaba desde su habitación en el segundo piso, donde soltaba suspiros de envidia cada vez que detectaba ese silencio romántico entre risa y risa. Los imaginaba viéndose a los ojos y sonriendo como idiotas frente a la olla donde Jin preparaba miyeok guk para enseñarle a Nam la receta.
El viernes había llegado muy lentamente para Kookie, su semana avanzaba con pasos lentos, espinándolo a cada hora. En la clase del miércoles de Hoseok no había visto a Tae en Music-Mind, y ya que ni siquiera se habían tomado la molestia de pedirse sus números telefónicos la última vez, era imposible quedar en cualquier otra parte. Ahora, las dos personas que más quería, Jin y Jimin, estaban en sus respectivas citas gracias a él, quien debía conformarse con la esperanza de volver a ver a Taehyung el lunes. Si lograba conseguir el coraje suficiente lo invitaría a bailar, así le demostraría que no era un niño aburrido ni asustado. Como siempre que recordaba el rostro hermosamente esculpido del saxofonista y el encuentro sexual que habían tenido, las inseguridades del muchacho afloraban. No podía evitar pensar en las cosas que pudo haber hecho mejor, se sentía torpe y poco atractivo.
Abajo, de la boca de Jin se escapaban fragmentos de palabras: –Hay que...remojar el wakame...y...luego...– aunque sus padres no estuvieran en casa, no quería que su hermano menor escuchara lo que empezaba a ocurrir en la cocina. Namjoon deslizó sus manos por la cintura de Jin, haciendo que el pelinegro se ruborizara. El pene del castaño comenzó a llenarse de sangre, por lo que pegó su cuerpo contra el de su acompañante. Ambos se estremecieron al contacto y se dieron un ligero beso en los labios, a Jin no le gustaba la idea de ir más allá de un piquito en la primera cita. Eso no quería decir que le estuviera resultando sencillo, necesitaba contenerse para no saltar sobre Namjoon. En lugar de aquello, prefirió tomarlo de los hombros y darle un ruidoso mimo en la mejilla, luego se abrazaron y volvieron a reír, no sin antes aprovechar la cercanía de sus cuerpos para frotarse mutuamente una vez más.
Con el objetivo de evitar más tentaciones se dirigieron a la sala para charlar un rato, así le darían tiempo a la sopa para que terminara de hacerse. Hablaron sobre comida, pasatiempos, colores favoritos y anécdotas familiares hasta que llegaron al tema de la inteligencia, el futuro y los talentos. –Creo que he manejado bien mi vida hasta ahora, quien me preocupa más es Kookie, él es tan joven...pero igual siente la presión de mis padres– Jin confió en su nuevo amigo para contarle sobre esas cosas. –Él siente la amenaza y la competencia como todos nosotros, pero justamente es lo que se necesita para poder vencer a los demás y...– la conversación se fue desenvolviendo con la respuesta de Namjoon.
–Perdón pero...no estoy de acuerdo– alegó Jin.
–...
–No me malinterpretes. Contigo se puede hablar porque eres un hombre íntegro y muy listo, Namjoon, pero yo creo que esa opinión es retorcida. Volvernos inteligentes, ir a la escuela, aprender cosas nuevas nos deben servir para ser felices y más libres, no para competir con otros y ganarles. Siempre doy lo mejor de mí para poner alegres a las personas que me rodean, por eso decidí conseguir trabajo en una escuela, ahí tengo la oportunidad de enseñarle a los niños y niñas que el conocimiento sirve cuando uno lo puede poner en práctica, cuando hacemos cosas de diferentes maneras. La inteligencia funciona si nos sacamos de encima la culpa y el rencor, el ego...si podemos usar algo de ella para ser felices y poner a los otros alegres. ¿Qué me dices tú? Eso es lo que he pensado pero...
El del cabello marrón esbozó un gesto de regocijo en el rostro y le brilló el iris, aventuró una mirada amorosa en dirección al pelinegro y se quedó en silencio. Comprendió que la única manera de pasar el resto de su vida sería compartiéndola con el hombre frente a él, Namjoon estaba fascinado por la bondad de Jin, lo quería genuinamente.
***
Taehyung apretaba mentalmente el nudo que se había formado dentro de él. "No tienes corazón", le habían dicho un día; sin embargo, tenía uno. Pero no le servía para nada útil, lo único que hacía era deprimirlo y hacerle recordar viejas heridas. Quería creer que sólo tenía suficiente corazón para eso, para sufrir el pasado pero nunca más el presente. ¿Cómo pretender que no tenía un corazón capaz de enamorarse de alguien tan noble e indulgente como Jungkook?
Tomó su saxofón y comenzó a tocar una melodía mientras la sal de sus lágrimas le bañó la comisura de la boca, provocando que el sonido saliera dañado y pesaroso.
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Espero subir el capítulo 6 mañana o pasado. Recuerden votar esta parte y comentarla, si tienen consejos o peticiones no duden en hacérmelo saber. <3
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Sax (VKook +18)
Fanfiction"No puedo, mejor me voy." "Todo toma su tiempo, Jungkook. Quédate sólo un poco más y te prometo que lograrás tocar las primeras notas. Ahora tenemos que trabajar con tu lengua, ¿listo?" * Contenido explícito (+18) * Temática homosexual * Vkook / Ta...