Giramos nuevamente la esquina y comienzo a adormilarme, creía que no iba a ser tan larga la marcha hacia el lugar al que nos dirigiésemos, ya que sólo estamos caminando alrededor de este edificio.
Pero creo que es el edificio más grande que he visto. Cada lateral medirá como cien metros por lo menos. Sin entrar en detalles, como las pequeñas piedras resbaladizas y el fangoso barro verduzco que tengo que sortear constantemente, para no volver a hacer el ridículo.
Bajo la cabeza notando cómo me pongo como un tomate, de nuevo
¿Cuántas veces hemos girado hacia la izquierda o hacia la derecha? No sé, varias, tampoco las he contado.
El camino se está haciendo muy pesado, Axel no ha dicho ni una palabra desde que iniciamos la marcha.
Sonrío levemente. El intento fallido de escapar no ha ido del todo en vano, he conseguido que me dijese su nombre y me hablara con su cálida voz, auque sólo fueran unos cortos minutos.
Unas cosquillas palpitan en mi estómago y me estremezco, sintiéndome afortunado.
¿Qué hora será?
El sueño y cansancio han comenzado a hacerse presentes en mí. Me escuecen los ojos cada vez más y lucho por no rendirme al sueño.
A lo mejor Axel me lleva a algún sitio donde pueda descansar. Eso sería genial.
Un bostezo escapa de mi boca y seguidamente me retiro las lágrimas de los ojos, a causa del gesto. Los párpados comienzan a pesarme y amenazan con cerrárseme.
Los brazos me cuelgan débilmente y se mecen a los lados de mi cadera con cada paso ciego que doy.
Y pensar que ir a trabajar esta mañana haría que acabase aquí horas más tarde.
Vuelvo a sentir punzadas en los globos oculares y trago fuertemente antes de dejarme llevar por mi somnolencia, inevitablemente. Las rodillas me tiemblan y mi voz suena lejana entre las tinieblas del cansancio, formulando una palabra que ni siquiera conozco.
- Lysstyrke...
Vislumbro cómo a Axel se le tensan los hombros y se gira bruscamente hacia mí. Su rostro es una mancha borrosa a estas alturas de mi cansancio.
Entrecierro los ojos mientras las rodillas me fallan y me abalanzo hacia el frente.
Parezco un niño pequeño teniendo estas tonterías.
Con un último esfuerzo, consigo enderezarme y evitar el choque contra él, mientras me froto los ojos con las manos, en un intento de mantenerme despierto.
Me apoyo en la pared con la mano derecha para mantener el equilibrio, con dificultad, intentando espabilarme.
Casi me duermo mientras caminaba ¿Hoy va a ser el día en el que más vergüenza pase en toda mi vida?
Agito la cabeza hacia los lados para despejarme. No tengo valor ni para mirar al chico a la cara, soy patético.
- ¿De dónde has sacado ese nombre? - La voz grave y cortante de Axel me hace olvidar el bochorno y le observo con ojos entrecerrados, intentando mantenerme en pie.
Tiene un matiz de turbación y las pupilas en sus ojos claros han menguado considerablemente, sus labios están tensos. ¿Qué le pasa?
- Yo... No me acuerdo de lo que he dicho. Eh... Lo siento.- Me muerdo la lengua después de hablar, ha sonado un tanto ridículo. Estaba demasiado adormilado y no era consciente de lo que decía.
Parpadea varias veces, incrédulo. Sigue algo sorprendido pero se recompone rápidamente y vuelve a adquirir su expresión ruda.
La luna hace un contaste de luz y sombras en su pálida piel cuando me mira y dice:
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"Danger" (Editando)
ActionCon una única mirada hacia el chico pelirrojo cuyo nombre es Leo, Axel decide averiguar qué y quién es. Leo se ve atrapado por esos hipnotizantes ojos de mirada felina, aunque aun así, intentará escapar del joven de pelo color carbón siempre que pue...