"What?"

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La corriente aérea se calma, pero el ritmo frenético de mi corazón no lo consigue.

Sus ojos me estudian detenidamente, brillantes, de arriba abajo, como si buscase algo en mí, mientras le da una calada a su cigarrillo.

Aparto la mirada, nervioso, para morderme el labio inferior y suplicar que no ocurra lo inevitable: ruborizarme.

Los únicos sonidos que se escuchan en el lugar son las distintas respiraciones, desacompasadas e intensas que mantenemos los tres.

Axel se estira completamente, con una mano escondida en el bolsillo delantero de sus vaqueros desgastados.

Le observo por el rabillo del ojo en silencio, detenidamente, mientras él se acerca con andar sosegado.

Leo, tranquilo.

Trago saliva sonoramente y hago múltiples esfuerzos para que mi cuerpo entero se relaje.

Sus pasos son rítmicos, haciendo que el hueco sonido de sus pisadas repercuta por todo el lugar, causando un ambiente realmente incómodo para Leo y para mí.

Apoyo mi espalda en la pared rocosa, simulando tranquilidad, pero reconozco que es un método al que recurrir para que las rodillas no me tiemblen.

Axel se acerca más, y más...

- ¿Leo? - Su voz grave llega de inmediato a mis oídos, y como por acto reflejo, alzo la cabeza, topándome con sus rasgados ojos.

Si no estuviera tan agitado, podría deleitarme apreciando todos los detalles ocultos que posee...

Pero todo este embrollo no me permite concentrarme en otra cosa que no sea devolverle la mirada.

La sangre me sube con más intensidad a las mejillas, y la cara me arde.

Echo la cabeza hacia atrás, respirando con dificultad y presionando mi espalda contra el muro lo máximo posible.

Me alejo un poco de él, intentando que no se percate de mi nerviosismo.

Axel entrecierra los ojos y me sigue observando, sin nada que le distraiga.

La luz prematura enfoca totalmente su blanca tez, clareando sus ojos y haciendo que su pelo negro brille como el petróleo.

Deslizo la mirada hacia abajo, y...

Sus labios finos se tensan ligeramente, como si sintiesen el peso de mi mirada.

Los nervios burbujean en mi estómago y las manos me tiemblan, pero consigo esconderlas tras mi espalda, para que ninguno pueda apreciarlo.

Ay por favor... Axel aléjate.

Cierro los ojos fuertemente, para así dejar de mirar donde no debo.

Trago saliva con dificultad.

Me sobresalto un poco cuando oigo un suspiro de cansancio, y después, movimiento.

Abro un ojo, tímidamente, lo suficiente como para entrever que Axel se ha apartado.

Disimuladamente dejo escapar el aire que había estado conteniendo.

No encuentro ninguna razón coherente para darle explicación a este extraño comportamiento que adquiero por el simple hecho de que esté cerca de mí.

Estaba tan cerca...

Incluso podría haber comprobado si sus labios rosados son tan suaves como aparentan.

Neo me observa boquiabierto, sin ningún disimulo, alternando la mirada entre Axel y yo.

Una sonrisa tonta tira de mis labios, pero me obligo a contenerla y no dejarla escapar.

"Danger" (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora