Capitulo 22: Parte III

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-Señorita, ¿podría contarnos qué fue lo que ocurrió durante el tiempo que estuvo secuestrada?

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-Señorita, ¿podría contarnos qué fue lo que ocurrió durante el tiempo que estuvo secuestrada?.- antes de abandonar la habitación del hospital, dos policías -quienes están a cargo de llevar a cabo la investigación para poner presas a estas personas-, ingresan a la habitación.

-Entendemos que no sea fácil para usted recordar un evento como este, pero es necesario que lo intente, ahora es el momento en el que más detalles podremos obtener.- al pensar en sus palabras, llego a la conclusión de que es lo más acertado, cuanto antes me hagan las preguntas, mejores serán las respuestas, más detalladas, ya que el recurso sigue fresco en mi mente- aunque no creo que en algún momento deje de pensar en eso, los detalles se perderían.

-¿Amor estás segura de querer contestar ahora a los policías?- interviene Derek, quien en este momento es el único que se encuentra aquí conmigo, ya que Max y Andrew tuvieron que salir a solucionar un tema del trabajo.- No estoy seguro de que este sea el mejor momento.

-Esta bien, contestare lo que me pidan, y luego podremos irnos a casa.- contesto para luego besarlo.- Todo estará bien.- susurro, para convencerme y tranquilizarme a mi misma.

Flashback.

Día 1
Todo se encuentra confuso en mi mente, me encuentro en una habitación oscura, y atada a lo que parece ser una cama, el nerviosismo enseguida me inunda, trato de luchar contra las ataduras, hasta que decido quedarme quieta, para así llamar lo menos posible la atención de mis captores. Lamentablemente es demasiado tarde, ya que cuando me decido por dejar de luchar la puerta es abierta abruptamente, por ellas entraron unas personas.

-Al fin te tenemos pequeña zorra.- dice una voz, trato de reconocerla, ya que suena familiar, pero no logro recordar a quien pertenece.- Ya tendrás lo que te corresponde por haber arruinado nuestras vidas.- ante esto las otras dos personas, de las cuales logro descifrar son un hombre y una mujer, asienten dándole la razón.

-¿Arruinar sus vidas?- pregunto tratando de controlar el temblor de mi voz.- No le he hecho nada a nadie, ¿quienes son?- les pregunto, o mas bien exiguo, tratando de obtener una respuesta.

-No nos recuerdas muñequita.- no puede ser, no quiero creerlo, las únicas personas que me llamaban así eran mis padres, pero ellos no serian capaces de hacer algo como esto, ¿no?. En ese momento la duda cruza por mi mente, pero la descarto enseguida, mis padres no serían capaces de hacer algo así.

-¿Estas dispuesta a hacer lo que debiste?.- Dice la persona que se encuentra a mi derecha.- déjame advertirte, que si cooperas nada malo te pasará.- al decir esto noto como su voz se transforma en una más oscura y malvada, por lo que decido cooperar siempre y cuando no atenten en contra de los chicos y mis bebés.

-Necesitamos recuperar lo que tú nos quitaste.- exige.- Queremos obtener el prestigio que teníamos antes de que tú lo arruinaras y nos llevaras a la ruina. Antes de que tú robaras algo que no te pertenecía, y nos robaras nuestra posición.

-¿Y como se supone que yo podría hacer eso?.- pregunto de forma pausada.

-Eso déjanoslo a nosotros, tú simplemente debes cooperar y mantenerte tranquila, sin causarnos ningún problema.

A continuación abandonan la habitación, dejando que mi mente comienza a pensar de que son capaces de hacer estas personas para lograr lo que desean. Con temor a que tomen alguna represalia contra mi, decido permanecer lo más tranquila posible, sin hacer ruido y causar problemas, confío plenamente en que mis chicos me encontrarán.

Los días siguientes transcurren sin contratiempos, tres o cuatro veces al día una de las personas aparecía para traerme algo de comida, y para dejarme ir al baño.

No volvieron a hablar conmigo, por lo que deduje que estaban planeando lo que harían, y para que les sería de utilidad tenerme aquí.

Presente.

-Y eso es todo lo qué pasó.- digo dando por terminado mi relato.- ¿Con esto es suficiente?, sinceramente no ha pasado nada más, aunque de hecho, recuerdo pasar la mayor parte del tiempo dormida, por lo qué tal vez hayan puesto algo en mi comida, igualmente lo dudo ya que duermo demasiado, y más en mi estado, pero no estaría de más considerar esa posibilidad.

-Con esto es más que suficiente.- me comunica el oficial, haciendo que mi cuerpo automáticamente se relaje.- Esperamos que se recupere, y en caso de que note algo extraño, por favor comuníquese con la policía inmediatamente.

-Gracias. Una pregunta más, ¿pudieron atrapar a las personas que me tenían secuestrada?.- pregunto tratando de averiguar si a partir de ahora me encontraré a salvo.

-Si señorita, los hemos capturado apenas usted se marchó rumbo al hospital.- me informan, agradezco que los hayan capturado, el saberlo produce que una paz inunde mi cuerpo.- También logramos identificarlos, los que realizaron este crimen fueron Jayden Miller su ex-prometido, el padre de este, Robert Miller y una mujer llamada Alison Smith. Al parecer tuvieron ayuda de su padre señorita, si bien éste no se encontraba en la escena ni cerca del lugar en el que esta se llevó a cabo, igualmente lo interrogaremos.

-Uhm, bueno gracias ... ¿podrían dejarme sola unos momentos?-pregunto finalmente tratando de asimilar la noticia. Estaba preparada para casi cualquier cosa, pero no para escuchar que se sospechaba que mi padre podía haber ayudado a las personas responsables de todo lo ocurrido.

Apenas los policías abandonan la habitación entra Derek, quien al ver en el estado en el que me encuentro no duda en venir a abrazarme.

Trato de ser fuerte, de contener mis emociones, pero finalmente estas ganan la lucha interna que estaba llevando a cabo y salen a la luz, dejando que la habitación se inunde con el sentido de mi llanto e hipidos.

Las lágrimas salen de mis ojos y surcan un camino por mis mejillas hasta llegar a la almohada donde me encuentro apoyada, la angustia es tan grande, al igual que la decepción, que soy incapaz de controlarme.

-Tranquila cariño.- Dice Derek frotando su mano por mi cabeza.- Todo estará bien. Necesito que me digas que fue lo que hablaste con los policías.

Cuando logro calmarme, con él aún dando suaves caricias a mi cabeza, le explico lo sucedido, con la voz ronca por el llanto, los ojos vidriosos y la cara roja logro decirle sin soltar lágrimas nuevamente, el hecho de que alguien se mi propia familia se pusiera en mi contra por pura avaricia y ambición.








Cuando logro calmarme, con él aún dando suaves caricias a mi cabeza, le explico lo sucedido, con la voz ronca por el llanto, los ojos vidriosos y la cara roja logro decirle sin soltar lágrimas nuevamente, el hecho de que alguien se mi propia famil...

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