Capitulo 26

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Ocho meses y tres semanas de embarazo

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Ocho meses y tres semanas de embarazo.

Estos últimas dos semana los chicos se han dedicado solamente a hacerme subir de peso, mi trasero y pies están hinchados, ya casi no puedo caminar, y claramente no es porque no quiera, sino que todo el peso extra hace doler mi espalda, y si le sumamos que mis pies están enormes, no hay forma de que me separe del sillón en el que me encuentro.

A veces, solo a veces siento algo de lástima por los chicos, yo los amo y ellos me aman, eso seguro, ya que el humor de perro es el que me ha caracterizado perfectamente estas últimas semanas.

No puedo tolerarlo mas, agradezco que tan solo falte una semana para que estos niños salgan de dentro mío, al principio todo era cómodo, si así se le puede decir, dormía mas de lo habitual, tenía algunos leves mareos pero nada más, y ahora me encontró sentada en este sillón sin poder hacer nada.

- Max amor, ¿podrías alcanzarme un vaso de agua?.- le digo con la mayor amabilidad posible.

—Claro, en un segundo te lo llevo.- Contesta parándose del taburete en el que se encontraba sentado trabajando.- Aquí tienes.- deja el vaso en mi mano y besa mis labios.- ¿Como te sientes?.- pregunta masajeando mis pies, lo que hace que me sea inevitable soltar un gemido de placer.- Oh ya entiendo, ¿esto te gusta verdad?, déjame ir por un poco de aceite corporal.- sin decir más se para, para segundos después volver con el aceite.

- ¿Que vas a hacer con eso?- Lo cuestiono.

- Estira tus piernas.- ordena, enseguida obedezco, y dejo mis pies apoyados sobre sus rodillas.

Coloca un poco de aceite en sus manos, y con delicadeza toma uno de mis pies, mueve sus manos a la vez que ejerce presión, instantáneamente el placer me recorren y me es posible cerrar los ojos y relajarme contra el respaldar del sillón.

Cuando Max termina de dar masajes a mis dos pies siento que el sueño comienza a apoderarse de mi, Max se aparta de mi y deja un delicado beso en los labios, me ayuda a recostarme en el sofá y me tapa con una manta.

Gracias al masaje me encuentro completamente te relajada, pero por más que el sueño inunda mi cuerpo, me es imposible dormir, y eso es algo que me frustra hasta más no poder, en especial si ese sentimiento de cansancio me ha estado acompañando los últimos días.

-Max.- Lo llamó con suavidad.- No puedo dormir, ¿quieres hacer algo?.- propongo, prefiero cualquier cosa antes que quedarme acostada sin hacer nada.- Tal vez podamos salir y sentarnos cerca de la piscina.

-Claro, pero puede ser en unos minutos, tengo que terminar de redactar este mail para enviárselo a Andrew.- Contesta sin siquiera voltear.- Ya solo me falta una pequeña parte, mientras si quieres puedes ir a cambiarte de ropa, afuera hace calor, de seguro estarás más cómoda si te pones algo más fresco, yo enseguida te alcanzo en la habitación.- Dice esta vez mirándome y sonriendo.

-Esta bien, si en unos minutos no estás ahí ñ, bajaré a buscarte, y no te gustará.- digo medio bromeando medio enserio.

Con lentitud comencé a subir las escaleras, asumo que era algo serio de lo que Max debía de estar encargándose, y qué casi nunca; por no decir que jamás, me dejaban subir o bajar sola las escaleras, siempre tenían terror de que tropezara y pudiese lastimarme tanto a mi, como a los bebés.

Cuando llego al cuarto me decido por ponerme un vestido medio suelto, hace mucho calor, por lo que este y la suma de que en mi vientre están tres bebes, la única forma de estar medianamente cómoda, es usar algo suelto y liviano.

-¿Estás lista?.- pregunta Max entrando en la habitación.

-Ya casi, solo déjame hacer algo con mi pelo.- digo tratando de arreglar la maraña de pelos en mi cabeza, al mirarme al espejo noto como Max se ha acercado a mi, sonriendo y negando con la cabeza, retira mis manos de mi pelo, y comienza a arreglarlo.

Max tiene un don innato para cualquier cosa que se relacione con el pelo, o por lo menos así lo parece, ha logrado en menos de diez minutos transformar la maraña de pelos en una linda y cómoda colista de pelo, que debo admitir que en verdad me hace lucir bien, no se como lo hacen, pero todo es perfecto si tiene que ver con ellos.

-Ahora si, ¿vamos?.-toma mi mano y tira de está ligeramente, indicándome que lo siga

Bajamos las escaleras con lentitud, y nos dirigimos a la piscina.

Un fuerte dolor recorrió todo mi cuerpo, causando que me detuviera de manera abrupta, jamás había sentido un dolor tan intenso como este, durante toda la mañana tuve pequeños dolores, pero no les di mayor importancia, pero este era diferente, más intenso, más duradero, y confirmó mis sospechas cuando mi fuente rompió, y note la humedad en el piso.

-¡¡¡Max!!!.- grité, enseguida se dio vuelta, y en cuanto vio la situación en la que me encontraba se acercó al instante.- Ne-Necesito que traigas el bolso pequeño que está en en el cuarto.- le indicó lo más claro que puedo.- Por favor, n-no demores.- y fue terminar de decir esto para que Max saliese corriendo en dirección al cuarto, segundos después se encontraba de vuelta junto a mi.

-Ya avise a los chicos mientras tomaba el bolso, ¿puedes caminar hasta la camioneta?- pregunto con preocupación al ver mi cara de dolor.

-Si, vamos antes de que me arrepienta de haber quedado embarazada.- bromeo tratando de aliviar la tensión del ambiente, creo que Max está incluso más nervioso que yo.

Con lentitud y siendo ayudada por Max logro llegar a la camioneta. Max se sienta en el asiento trasero junto a mi, y es Luke quien toma el volante, ha tenido que tomarse algo de tiempo para recuperarse, pero afortunadamente ya todo está bien.

La velocidad a la que vamos es tan alta que casi parece que volásemos, en quince minutos llagamos al hospital, allí se encuentran unos nerviosos Derek y Andrew, casi perece que fuesen ellos los que tienen que dar a luz.

-¡Necesito un doctor!, tenemos unos bebés en camino.- grita Derek, haciendo que en tan solo segundos me encuentre en una camilla y que acompañada por los chicos me esté dirigiendo a la sala de partos.

Una enfermera entra para comprobar cuánto he dilatado, a penas levanta la tela que cubre mis piernas, sale rápido de la habitación, segundos después ingresa el Doctor Simons, hace el mismo procedimiento que la enfermera.

-Chicos siento tener que decirles esto, pero Bella necesitas cesárea, unos de los bebés está volteado, esperemos que los otros no.- Dice para luego comenzar a dar órdenes para poder realizar la operación.


- Dice para luego comenzar a dar órdenes para poder realizar la operación

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