Capitulo 23: Parte l

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La policía aún no ha sido capaz de encontrar el paradero de mi padre, no entiendo como d capas de desaparecer por tanto tiempo- el hecho de que ya hayan transcurrido dos meses desde que comenzaron su búsqueda me altera- trato de no penar en eso, y...

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La policía aún no ha sido capaz de encontrar el paradero de mi padre, no entiendo como d capas de desaparecer por tanto tiempo- el hecho de que ya hayan transcurrido dos meses desde que comenzaron su búsqueda me altera- trato de no penar en eso, ya que simplemente parte mi corazón. Jamás tuve el mejor padre, pero ciertamente le tenía mucho cariño.

En fin, con los chicos hemos decidido que es tiempo de comenzar a preparar la que será la habitación de nuestros bebés, como no estamos seguros de que es lo que esta debería de tener, llamamos a Evelyn para que nos ayudara.

Decidí que sería un buen momento para levantarme de la cama, lo cual debo admitir fue bastante complicado, los chicos se encontraban tan profundamente dormidos, que pesaban como si fuesen rocas, cuando logré liberarme de sus pesados agarres, tratando de no aplastarlos y manteniendo el equilibrio logré llegar al piso a salvo.

Camino por la habitación para estirar y despertar a mis piernas, entro al gran ropero y tomo una muda de ropa limpia, y con esta ingreso al baño. Esta parte de la casa jamás dejará de asombrarme, es realmente todo un lujo, tiene un gran espejo, apartaos de aspecto sofisticado, y lo que en los últimos días se ha convertido en mi gran amor, una presurosa y hermosa tina con chorros de agua que actúan como masajeadores.

Sin mucha dilatación comienzo a llenar la tina con agua tibia, y de los cajones escogí una bomba de espuma con olor a jazmín. Una vez que la tina se encuentra con la cantidad necesaria de agua, me desvisto y enseguida me sumergí en el agua tibia, el placer recorre mi cuerpo instantáneamente, cierro los ojos y me relajo.

Cundo noto que el agua está volviéndose más fría, lavo todo mi cuerpo, tomo una toalla y me envuelvo en esta.

Al salir de la bañera mi pelo mojado se encuentra goteando, por lo que tomo la toalla con la que secaba mi cuerpo y la enrosco en este, de repente siento una respiración en mi nuca , no necesito darme la vuelta para saber quien es.

Sus manos recorren todo mi cuerpo hasta detenerse en mi cabeza, con delicadeza comienza a secar mi pelo, toma un peine y con cuidado lo osas por mi pelo, deshaciéndose de los nudos, cuando termina con mi pelo toma mis bragas, se agacha y me indica que pase mis piernas por dentro de estas para si poder subirlas, lo siguiente m ser puesto es mi sostén, pero antes de que este tapara mis pechos, húmedos y delicados besos los recorren.

Una vez me en con la ropa puesta, me permito admirar la ancha y musculosa espalda de Andrew, su facciones definidas, y sus hermosos ojos, muchos pensaran que el tener ojos casi completamente negros es algo aburrido y común, pero lo asombroso de sus ojos -ademas de el brillo que estos toman al mirarme a mi o a mi ahora gran panza de embarazada- es que cundo la luz impacta directo en ellos, se puede notar claramente que su iris en realidad está bordeado por un tono verdoso, que hace que sus ojos luzcan únicos.

Sin pedir permiso sus labios capturan a los míos, comenzando un apasionado y dominante beso, trato de seguir el ritmo de su lengua, y es en eso en lo único que pienso.

Al separarnos, sus labios se encuentran rojos e hinchados, pero en su cara solo se puede ver una hermosa sonrisa.

-¿Donde están Max y Derek?- pregunto, porque hace ya bastante que he despertado, y en cualquier momento llegará Evelyn a ayudarnos con la decoración del cuarto.- Tendríamos que aprontarnos, en cualquier momento llegarán tus padres para ayudarnos.

El teléfono comienza a sonar, por lo que rápidamente abandonamos el baño y atendemos. Los guardias de seguridad nos explican que los padres de los chicos ya han llegado, y que en este momento han pasado por la verja de seguridad, por lo que tenemos como máximo tres minutos para despertar a Derek y a Max.

Con Andrew nos miramos y sonreímos, vamos al baño y llevamos dos vasos con agua helada y los volcamos sobre sus cabezas, no pasa ni un segundo y ya se encuentran parados a los costados de la cama.

-Chicos en verdad siento que tuviesen que despertar así, pero sus padres ya están aquí y tenemos que bajar a recibirlos.- digo mientras dejo un delicado beso en sus labios.

Una vez los chicos se encuentran prontos bajamos, a los chicos no le gusta que baje rápido las escaleras ya que mi vientre ahora de 4 casi 5 meses se encuentra bastante grande, supongo que mis bebes necesitan bastante espacio.

Al llegar al vestíbulo escuchamos el sonido del timbre, Derek se apresura y abre la puerta, dando paso a Evelyn, a William y Joseph.

Ambos lucen extremadamente felices, jamás los había visto tan comunicativos con sus expresiones, claro que Evelyn parecía saltar de la emoción, estaba capas que hasta más entusiasmas que yo por preparar la habitación.

Al observarla con detenimiento, logro ver que en su espalda tiene una mochila bastante grande, apuesto que allí dentro trae ropa para mis bebés, tomos de pintura , estilos de cunas, todo lo que podríamos necesitar para diseñar la habitación de mis hijos- lamentablemente aún no hemos podido ver sus sexos por lo que el color de la habitación tendrá que ser uno que sirva para ambos-.

-Bella, ¿cómo estás?.- pregunta Evelyn.- ¿Mis nietos te están dejando descansar bien?.- Sin dejarme contestar me toma de la mano y me lleva al salón en el que se encuentra el gran sofá, allí nos sentamos una al lado de la otra, con delicadeza comienza a acariciar mi vientre.

De pronto siento una pequeña patadita, -no me sobresalto, lo mismo ocurre cada vez que alguno de los chicos le hablan a mi vientre, e incluso me dedico algunos momentos a sola con ellos para poder cantarles, al escuchar mi voz patean pero a medida qué pasa la canción se van calmando- claramente mis bebés serán unos consentidos por parte de su abuela.

Cuando mis chicos y sus padres aparecen por la puerta, nos levantamos, para dirigirnos al cuarto que se convertirá en el de mis bebés. Queremos que todo sea perfecto, no en el sentido de que sea sofisticado, sino que queremos que sea un lugar cómodo, cálido, para que sea placentero estar allí.







 Queremos que todo sea perfecto, no en el sentido de que sea sofisticado, sino que queremos que sea un lugar cómodo, cálido, para que sea placentero estar allí

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