Capitulo 30

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1 mes después

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1 mes después.

Finalmente la espera ha acabado, ha llegado el día de celebrar nuestra boda. Me encuentro rebosante de emoción, los chicos han mantenido en secreto todo lo que tiene que ver con la luna de miel, y eso es algo que produce cierta intriga e incluso algo de excitación, imagino que pasaremos todo el tiempo en la habitación, por lo que después de la luna de miel necesitaré unas vacaciones.

-Todo está listo déjame darle los toques finales a tu maquillaje y estarás pronta.-Dice Sam quien en este momento se encuentra vestida con el vestido de dama de honor al igual que Becca, ambas me están acompañando en este día tan especial.

-Listo Bella, estás hermosa, todo el mundo se desmayará al verte caminar por el altar.- Dice Becca causando que una risa escape de mi.

Tessa la planificadora entra en la habitación para informamos que ya todo está pronto y que podremos salir en cualquier momento. Sin pensarlo mucho me pongo en pie para poder finalmente casarme con mis chicos.

Tessa les indica a mis amigas que salgan delante mío, cuando estas se encuentran a la mitad de camino del altar es mi turno de comenzar a caminar, una radiante sonrisa se encuentra plasmada en mi cara, dejando ver a todas las personas que hemos invitado lo feliz y orgullosa que estoy de casarme con los hombres que amo.

Al levantar la mirada mis ojos chocan con tres magníficos hombres, se encuentran sumamente apuestos y hacen que comience a desear aún más nuestra luna de miel, los recorro de arriba a abajo, y tanto en Andrew como en Max y en Derek se encuentra un brillo de emoción que recubre sus ojos, al igual que la sonrisa que acompaña constantemente a cada uno de ellos.

Caminando lentamente al ritmo de la marcha nupcial de Medelssohn, una canción que es tradicionalmente usada para estas ocasiones, y que a su vez hace crecer la emoción dentro de mi.

Una vez estoy parada delante de ellos y que he llegado al altar tomamos nuestras manos y las entrelazamos a la espera de las palabras del cura.

- Queridos amigos, ustedes se encuentran aquí presentes para que el Señor selle y fortalezca este amor en presencia del ministro de la Iglesia y de esta comunidad. Cristo bendice abundantemente este amor. El los ha consagrado a ustedes en el bautismo y ahora los enriquece y los fortalece por medio de un sacramento especial para que ustedes asuman las responsabilidades del matrimonio en fidelidad mutua y perdurable. Así, en la presencia de la Iglesia, les pido que digan sus intenciones.- Comienza diciendo el cura.- Bella Davis, Max Carter, Andrew Carter y Derek Carter ¿Han venido aquí libremente sin reservas para darse uno al otro en matrimonio?- pregunta el Cura y aguarde en silencio nuestra respuesta.

-Si.- Contesta al todos, lo que le permite al cura continuar.

-¿Se amarán y se honrarán uno al otro como marido y mujer por el resto de sus vidas?- nuevamente aguarda en silencio a la espera de nuestra respuesta.

-Nos ameremos y nos honraremos unos a otros por el resto de nuestras vidas.- contestamos todos.

-Como es su intención entrar en el matrimonio, unan sus manos derechas, y declaren su consentimiento ante Dios y ante la Iglesia.- pide el cura.

-Yo, Max Carter te tomo a ti, Bella Davis como mi esposa. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida.- Dice Max con una sonrisa resplandeciente.

-Yo, Andrew Carter te tomo a ti, Bella Davis como mi esposa. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida.- Dice Andrew con los ojos rebosantes de emoción.

-Yo, Derek Carter te tomo a ti, Bella Davis como mi esposa. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida.- finaliza Derek con un temblor de emoción incontenible.

-Yo, Bella Davis, los tomo a ustedes, Max, Andrew y Derek Carter como mis esposos. Prometo serles fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarlos y respetarlos todos los días de mi vida.

-¿Aceptan a Bella Davis como su esposa? ¿Prometen serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

-Si, acepto.- contestan inmediatamente.

-¿Bella Davis aceptas a Andrew, Max y Derek Carter como tus esposos? ¿Prometes serles fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlos y respetarlo todos los días de tu vida?

-Si, acepto.- digo con los ojos llenos de lagrimas de felicidad.

Intercambiamos los anillos, los cuales han sido traídos por Zachary, Noah y Mackenzie.

-Pueden besar a la novia.- concluye el sacerdote.

Todos los invitados comienzan a aplaudir, pero pronto dejó de escuchar cualquier sonido, solo puedo concentrarme en el cálido beso que cada unos de los esposos deposita delicadamente en mis labios, eso si, no solo nos besamos, sino que aprovechan a qué pueden ocultarme detrás de sus cuerpos y acarician todo lo que pueden, lo que hace que el placer en mí crezca con anticipación, y de solo pensar en lo que espero suceda en la luna de miel mi cuerpo tiembla de excitación.

Cuando finalmente nos separamos, nos dirigimos al salón exterior donde se llevará a cabo el resto de la celebración.

En nuestro camino hasta allí nos cruzamos con una gran cantidad de personas, todas nos felicitaron  e incluso algunas nos dieron algunos regalos, pero por lejos el regalo más lindo es el que nos dieron Evelyn, William y Joseph, los padres de los chicos. El regalo en sí era algo sencillo, consistían en un anillo para cada uno, donde se encontraban grabados  nuestros nombres, sin mucho miramiento nos los colocamos los unos a los otros junto a nuestro anillo de compromiso, al mirarlo más detalladamente note que en el también se encontraban los nombres de nuestros bebés, y que aún había más espacio en caso de necesitar agregar más.

Agradecidos con nuestros regalos  nos retíranos a una de las mesas,  en la cual nos sentamos apena llegar, y no que mico tiempo después cuando aparecieron nuestros pequeños diablillos correteando uno detrás del otro.

Cada uno de los chicos agarró a uno de los niños, y los sentaron sobre su regazo, al mirarlos no pude evitar sonreír.

-Mami estás muy bonita.- Dice Zachary con su voz de niño.

-Si ma, estás preciosa.- añade Noah.

-Pareces una princesa.-finaliza Mackenzie.

-Macky tu madre no es nuestra princesa, tú lo eres, al igual que tus hermanos son nuestros príncipes y por ende ella es nuestra reina.- Dice Andrew mirándome.



- Dice Andrew mirándome

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