Capitulo 12 - Concubinos.

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Estabamos parados frente a la puerta de mi cabaña. En verdad ninguna dew por aqui era similar a una cabaña. Parecian como.. es bastante dificil de explicar. Las casas de por aqui reflejaban completamente  la personalidad, y por ende, el don de cada uno. La cabaña de Zane era color gris oscuro, y las puertas y marcos estaban hechos de metal.... recuerdo como en una de nuestras charlas me conto que el mismo los habia hecho, con ayuda de su padre. Luego, la cabaña de Odern, estaba completamente construida sobre el mar. La de Clove... bueno, su cabaña no me decia nada, al igual que ella, no me decia nada. Y su don todavia no lo habia descubierto.

Mi cabaña era una contruccion rectangular, con una extencion en el costado de atras. Formando una L . Yo la habia diseñado toda, pero generaba cierta intriga no haberla visto por dentro Esta se encontraba cerca del mar, en el extremo del semicirculo, y tambien del bosque. Lo bueno era que no tenia a nadie demasiado cerca.Y tambien tendria grandes ventanales desde donde podria apreciar la vista del mar y el bossque... Seria la casa de mis sueños.

Zane estaba trayendo el caballete que le pedi que transportara y yo tenia mi bolso con los oleos. Lo unico que contenia este era mi telefono celular que habia permanecido apagado, por razones obvias, y la ropa con la que habia llegado aqui. Cuando entrara a la cabaña tendria todo un ropero de los mejores diseñadores solo para mi. Asi funcionaba todo aqui, llegabas y te daban un ropero lleno de ropa de las mejores marcas y luego, una vez por año, podias renovarlo. 

Estabamos frente a la puerta, una puerta hermosa he de decir. Estaba por abrirla, no estaba cerrada con llave, aqui no hacian falta las llaves. Antes de que abriera la puerta Zane me alzo en brasos, como si fuera una niña en sus brazos.

- Ok, mas te vale bajarme ahora si no quieres que te lanze una buena descarga. - lo amenaze. En verdad no sabria hacerlo, nunca habia logrado propagar la corriente lo suficiente sin un buen motivo, sin estar enojada. Eso seria lo que iba a comenzar a practicar mañana, mañana comenzaria con los entrenamientos, fisicos mentales y electricos....

- No, ni de broma, asi entran los recien casados a su nuevo hogar... o a la casa en donde duermen durante la luna de miel, no se muy bien como es eso. - dijo con la duda presente en su tono de voz.

Ja Ja Ja, que chistoso.

- Es a la luna de miel... pero tu y yo ni si quiera hemos entrado en una iglesia ! - le grite como excusa. El seguia sonsteniendome en brazos y se las ingeniaba para abrir la puerta, lo cual teniendo la habilidad del manejo de todos los metales, y teniendo en cuenta que el picaporte era de metal, eso no era ningun inconveniente.

- No importa, hay gente que se muda sin haberse casado. - continuo agregando excusas para no bajarme.

- Pero si no se casan, no ingresan de esta manera a la casa ya que no hay luna de miel. - le dije arqueando una ceja y sonriendo victoriosa. No habia forma de que me ganara en esta.

- Eh... Hum.. - balbuceo intentando buscar una excusa. - Dejame cargarte hasta entrar y punto.- Dijo dandose por vencido e ingresando a la cañaña.

Mire a mi alrededor, la cabaña no tenia nada de cabaña. Era mas como un loft, como yo lo habia diseñado. Era un espacio amplio, la cocina se conectaba con el living sin una pared que los dividiera. Habia un cuadro que reconoci de inmedito. Era una replica de un dibujo que tenia yo en mi cuaderno.

Me acerque a el para analizarlo mas detalladamente....

- Como es que...- le pregunte dejando la oracion por la mitad.

- Dibujas demasiado bien... y sin querer vi tus cuadernos... -  me explico algo dudoso... seguro temia recibir una sarta de  gritos por haber estado husmeando, pero era simplemente tan bello el gesto que ni si quiera me moleste. Era similar a mi dibujo, solo que este tenia unos tonos mas fuertes haciendo juego con los muebles. La chica que se podia observar en el cuadro era algo distinta a la que yo habia dibujado. Esta no tenia un cabello castaño, sino que era algo rojizo y estaba mucho mas corto, a la altura del menton. Su dedo posado en los labios, al igual que en mi cuaderno.

ImpurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora