Capitulo 17 - Ugh!

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IRENE

Ok, eso duele. Duele y mucho. Mis manos hormigueaban de la furia, si se me acercaba quedaria cual pajaro chamuscado sin plumas.Pero no solo dolia para mi. Podia ver los ojos cristalizados de Raiden, el la extrañaba en verdad. Sus palabras se repiten en mi cabeza como si estuviera estacado el replay.

- Por su culpa, por haber jugado con el corazon de mi hermana y haberla dejado, ella se hizo guerrera. Por su culpa se dirigio a su propia muerte. Solo por haber querido divertirse mientras estaba aqui, en el campamento. - me habia dicho.

Es comprensible que una mujer con el corazon roto se haga guerrera.. en este mundo, en el de la magia. Aria, la hermana de Raiden, se habia ido para no volver, se habia ido a luchar contra los oscuros que se revelaban. Una muerte segura, segun me dijo Raiden. Todo porque Zane habia jugado con ella.

Yo sabia que no lo amaba, sentia una atraccion por el, me parecia especial. Pero no lo amaba. Y eso era lo que Raiden queria evitar, que yo fuese otro juguete de Zane. Pobre, el chico no entiende que un hombre no juega con muñecas. 

- En verdad... lo siento. - dije apenada luego de que me conto la historia.

- No tienes que, en serio, pero me desagrada ver como las chicas caen en el... aun no entiendo que tiene. - dijo dubitativo. Yo si sabia. Era un chico de aspecto leal, de pinta de fiel, bueno, caballero, carismatico... nunca me imagine que hubiese hecho eso conmigo. Suerte que no dejamos ir las cosas demasiado lejos.

- Espera. - le dije y me interne un poco en el bosque. Arranque la cadena que el habia hecho y la arroje al suelo. Descargue una corriente bastante fuerte sobre ella. La estupida cadena solo se chamusco un poco. Decidi tirarle barro y volver al lugar donde, extrañamente, Raiden me estaba esperando.

- Quieres continuar? - me pregunto. Seguimos caminando hasta que divisamos las cabañas. En serio, este cambio de humor tan repentino me parece algo extraño. De repente se mostraba dulce, comprensivo, algo extraño estaba sucediendo.

Caminamos hasta mi cabaña y me detuve en la puerta.

- Dime - le dije a lo que el se sorprendio y sonrio.

- Sabia que no eras tan estupida como para no sospechar que algo sucedia.- dijo volviendo a ser el cretino egocentrico de siempre. 

- Dime - repeti.

- Que no me vas a hacer pasar a tu cabaña? - dijo algo molesto pero con esa sonrisa socarrona prevaleciendo en su cara.

Queria ingresar a mi cabaña? Esto era algo incomodo, pero de todos modos abri la puerta y entre, dejandola abierta para que el pase. 

Escuche un portaso, y supe que habia ingresado.

- No me vas a decir que es lo que quieres? - Le pregunte algo molesta.

- Preferiria decirtelo en un rato.- me respondio. Primero me pedia entrar, y ahora me queria decir lo importante luego. No se la iba a hacer tan facil.

- Okey, mientras tu decides contarme que sucede, yo me voy a bañar y a prepararme para las lecciones de lucha y magia. - le dije, cosa que era verdad, hoy era un dia muy ocupado, lucha hasta despues del almuerzo y magia hasta las cinco de la tarde. Raquel era muy exigente, deberia estar con todas mis luces.

- Como quieras. - dijo mientras yo subia las escaleras y me metia en el baño. Me desvesti reapidamente y abri el agua de la ducha. Su gelidez me despejaba los sentidos, dandome tiempo para razonar y asimilar la nueva informacion. Otra vez mas, aqui en el campamento, quedaba atonita de lo que habia escuchado.

Zane, el unico que me habia ayudado estos dias, el que mas confianza me inspiraba, resulto ser un mentiroso. En realidad no habia mucho por lo que deberia enojarme, es decir, no eramos novios ni nada de eso, pero el simple hecho de que me haya besado siendo que amaba a otra me resultaba repulsivo.

ImpurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora