En un cuarto, un cuarto espacioso con una cama y unos silloncitos al fondo, un gran ventanal y un ropero, estaba una chica.
Una chica, con sus piernas cruzadas y cabellos rubios, que no parecian del color del oro, sino del color de las nubes, estaba contra la esquina de la pared, acurrucada dejando ver sus rodillas machucadas. Se veia como una niña de cristal, delicada, inmaculada, pero había algo en su rostro que me decía que no era una niñata cualquiera.
- Se que tu sabes donde viven, se que sabes quienes son. - dijo el hombre con voz amenazante. Se podia ver en sus ojos su estado mental. No era ningun oscuro, ni ningun brujo de la luz. Ni siquiera neutral. Estaba loco. No habia ni muerte ni vida en sus ojos, habia locura.
La chica nego con su cabeza en respuesta.
- Que no quieres hablar? - decía una voz grave, malévola. - Dime de una maldita vez quienes son! - gritaba. Parecía acostumbrada a esto la niña, pero todavía podía ver el temor en sus facciones.
- DÍMELO! - gritaba el hombre, pero ella ni se inmutaba. Continuaba callada, como si no le importara su propia vida. - A mi no me engañas, te he oido musitar unas palabra en sueños. - la chica abrio los ojos, por primera vez modificando la cara neutral que mantenia desde un principio, pero luego se recompuso volviendose de piedra.
- Ya te cansaras de estar en silencio. Tu madre ya no esta aquí, ella no te protegerá de mi. Si no quieres hablar, no hables, pero yo se que no podrás resistirte. Un día lo harás, - dijo ese hombre al cual no podía ver, dejando la frase en suspenso - y podrás ser libre de nuevo. - Termino con un tono dulce pero ficticio.
Tenia ganas de golpear a ese maldito hombre, pero no podía si quiera acercarme a el.
El escenario cambio, se disolvio, mientras al rededor mio se comenzaban a formar las paredes de un callejon.
-¿Que quieres que haga? No escucha, no quiere entender. - lloraba una señora con los ojos mas bellos que habia visto. Cerca del iris, su color era rojizo, cobre, pero luego se iba oscureciendo hasta llegar al marron. Algo muy extraño y curioso, pero hermoso. La mujer, de piel oscura pero bella igual, llevaba extrañas vestiduras y un punto pintado en color rojo en su frente, entre las cejas. No pude recordar su significado, pero si de que cultura provenia la tradicion. La mujer era hindu, y si el punto no lo corroboraba, su acento y ropas lo hacian.
- Haz que entienda, eres a la unica que escucha. - dijo el hombre al que no le podia ver el rosto, con un marcado acento italiano y una voz conocida.
- ¡Que no lo quiere hacer! - grito la mujer cortandolo.
- Si no obedece, nos lo llevaremos por la fuerza - dijo el hombre, cuya identidad se me hacia mas dificil de averigüar cuanto mas lo intentaba.
- Eso no sucedera, va contra sus leyes. - dijo la mujer indignada.
- En tiempo de guerra, no hay leyes. - dijo el hombre serio, pero sin revelar su identidad.
El escenario cambio de nuevo, me difumine y me converti en un ser incorporeo, si es que eso era posible en un sueño. Ahora me encontraba en el cuarto de algun chico rebelde, skates nuevas y lujosas en un rincon, una bateria en la otra punta.
Una cama de plaza y media colgaba del techo a unos 50 cm. del suelo y en la cabezera, un poster de alguna banda que yo conocia muy bien pegado cuidadosamente.
- Hijo! - grito la mujer entrando como un torbellino, y vi como algunas ropas de chico normal y no hindues como las de ella volaban por los aires hasta alcanzar la maleta que habia en el piso, mientras la mujer sacaba dinero de un cajon y unos documentos.

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Impuros
Teen FictionLos mas jovenes son arrastrados hacia distintos campamentos, los adultos se dispersan entre la sociedad y se mezclan con los humanos. Mueren para luego nacer con su extraño y especifico don.La naturaleza los ha elegido. Cada don no se repite, cada u...