Capitulo 24- Encuentros, peleas, reconciliaciones.

2.9K 252 8
                                    

Capitulo 24

RAIDEN

- ¿Que hacemos? - me pregunto. - ¿Quien es la niña?¿Porque mi tio la busca? - siguio. Podia notar la curiosidad, la intriga. Unas ganas de saber... fingidas. Eso era lo que hacia, fingia. Porque yo sabia muy bien que esta niña sabia todo, y que me habia traido hasta aqui sabiendo que yo seguia un rastro. Sabia todo eso, como que una de las personas mas importantes de la humanidad corria riesgo, y todo por culpa de su tio.

Sabiendo todo eso, venia y se hacia la inocente.

- Dime tu, que eres la que sabe todo. - le dije para que se de cuenta de que no era un idiota. - Me crees estupido? - le pregunte enojado.

- Yo sinceramente no te entiendo. - me dijo. Hay, claro, la que no entiende es la princesa. - Tu fuiste el que me dejo en lo de mi tio sin explicacion. - continuo furiosa.

¿Ahora yo tenia la culpa? Lo primero que recuerdo luego de haber tocado la puerta de la casa de su tio fue estar atado en un lugar oscuro. Y claro, yo fui el que la dejo sin explicacion. Porque me ataron!

- Deja de actuar que se muy bien que querias ayudar al estupido de tu tio. Y perdoneme señorita si al caer noqueado al suelo dañe sus ropas. - continue ironico.

- Que no actuo! - me grito. - Yo no sabia si quiera que mi tio perseguia a una estupida chica. - continuo furiosa y podia notar el ambiente cargado de electricidad.

- Estupida? Esa chica es la unica que nos puede salvar! - grite mas fuerte de lo que ella habia gritado.

- Pues perdoname por subestimarla, pero Raiden, no se ni de que hablas! - continuo gritando

- Mirame a los ojos y lo sabre. - dije furioso. Eso bastaba, sus ojos. Unos ojos que ahora estarian vacios. Unos ojos que habian sido los mas hermosos que vi en mi vida. Y ahora causaban asco.

Levanto dudosa su vista, temiendo que la descubriera.

Pero no fue asi.

Lo unico que vi fueron sus ojos llenos de lagrimas, lagrimas que su orgullo impedia derramar. Unos ojos del gris mas gris de los grises. Unos ojos tan bellos como las nubes que se amontonaban en el cielo antes de alguna tormenta.

No habia rastro de maldad.

No habia vacio.

¿Es que es posible que ella sea inocente?

No sabia que decir.

- Tu fuiste el que me dejo en la casa de mi tio inconciente. Sin darme nada mas que una estupida carta. - dijo furiosa sin apartar sus ojos de los mios, lo cual le costo ya que estabamos tendidos en el suelo debajo de un arbusto. - Una estupida carta con diez palabras. Si! Conte las diez putas palabras! - continuo gritandome.

- Yo no deje ninguna carta. - le dije completamente sincero, sin saber que agregar.

- Entonces nos han engañado a ambos. - me dijo calmandose un poco y recostando su cabeza en el suelo.

Esa era otra opcion. Que nos hayan engañado. Nos pusieron en contra, como dice el dicho : Divide y venceras.

- Te desmayaste por falta de liquido, supongo, justo cuando un auto se aproximaba. - comenze a contarle. - Nos subimos y el hombre nos dejo justo en la puerta de la casa de tu tio. Ahi te cargue y toque su puerta, pero lo unico que recuerdo es que recibi un fuerte golpe en la cabeza. - dije posando mi mano en mi cabeza, donde ahora sentia que estaba demasiado inflamada. - Desperte en la habitacion donde me encontraste, amarrado como estaba. Escuche el mensaje del contestador, que supongo fue ahi cuando anotaste las coordenadas. - dije esperando a que preguntara como...

ImpurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora