Capitulo 13 - Metiendo la mano en el enchufe

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Capitulo 13

RAIDEN

Al fin estaba volviendo al campamento... no puedo creer que estos dias me hayan resultado interminables. Desde el martes pasado, cuando habia ido a la biblioteca y me encontre a Irene, tuve que ir a una "mision". Si, digo "mision" entre comillas ya que esto era de lo mas aburrido. Me habian mandado a corroborar el estado de salud de la bruja del pueblo donde habiamos encontrado a Irene, quien resulto ser la madre. Luego de un dia sin ver que ella entrara o saliera del edificio, decidimos entrar a la ostentosa mansion a ver si seguia viva. Al entrar la encontramos borracha, bailando y gritando con una botella de ron en la mano. 

- Esta si que esta mal.- recuerdo haberle dicho a Odern, mi compañero desde que eramos niños.

- No lo dudo. - me habia respondido. Nos percatamos de que estaba asi desde que habiamos visitado la casa por primera vez, ese dia tambien habiamos encontrado un desastre de bebidas alcoholicas por todos lados.

Decidimos irnos de alli, e ir a la comisaria. Sabiamos que esta mujer no estaba suficientemente sobria como para hacer una denuncia por la desaparicion de su hija, pero ella tenia amigos. Algo raro entre los brujos ya que por su TDAH ( trastorno por deficit de atencion con hiperactividad) * no solian hacer buenas amistades, mucho menos duraderas. Pero la chica habia vuelto aqui para despedirse de un crio de su edad, asi que tal vez este si la habia buscado.

Y no nos equivocamos, cuando entramos a la estacion de policias encontramos un corcho con la fotografia de Irene, sonriendo y mirando hacia abajo, de unos años atras. Se podia leer la palabra BUSCADA, y abajo un cartel con una cifra enorme de recompensa. Me acerque al policia mas cercano.

- Señor, queria hablar con el jefe de la estacion. - le demande mas que haberle pedido. Me concentre en sus ojos, algo que habia aprendido con el paso de los años. Los humanos eran fragiles, estupidos. Con mirarlos intensamente a los ojos quedaban cautivados y hacian lo que les pedias. Me dirigio a un despacho donde habia un hombre gordo, y lo mire a el tambien, de la misma manera que lo habia hecho con el otro.

Sin preambulos le dije:

- Necesito informacion. - hice una pausa esperando ver una reaccion de su parte, pero habia quedado cautivado en mis ojos verde fango. - Digame quien es el que busca a Irene Storm y quite todos los carteles de la ciudad. No vuelva a hablar de ellla, no vuelva a buscarla, ya esta sana en casa. - le dije convincentemente. El solo asintio y me dio un numero de telefono.

- Valentino Mattenzi, su telefono. - me dijo - el la busca. - termino.

Sali y llame al telefono que el señor me habia dado. Esto iba siendo muy facil, mas de lo que me habia imaginado. Al parecer solo Valentino la buscaba, nadie mas. Pero esto no seria tan simlple si estaba enamorado de verdad.

Desee con todas mis fuerzas que no fuera asi, pero no tuve suerte. Cuando el chico llego al callejon donde habiamos quedado, con la excusa de que sabia algo de la chica, me di cuenta que la amaba, y tambien me percate de la tristeza que inundaba sus ojos. Que pena, pense ironicamente.

- La chica esta con su tio en Francia, me dijo que simplemente no la busques. - le dije haciendo que lo entienda por las buenas. Tiempo despues me entere de que verdareramente tenia un tio, que vivia en Francia. Mire al chico a los ojos, y el se quedo navegando en los mios, cautivado. - No la busques, no la llames, no pienses en ella, no hables de ella. - Le dije convincentemente.

Pero el niño estaba enamorado, y lo unico que sucederia seria que sus pensamientos se nublarian y no recordaria con exactitd a Irene. Si la veia una vez, eso bastaria para que se acuerde de ella.

Hoy, viernes, recien podia volver al campamento luego de haber estado divagando sin ningun oscuro que capturar por delante. Llegue al puente y abri la puerta gigante de cobre, esa puerta magica tan misteriosa. 

ImpurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora