3. "Ten cuidado con el Gato Negro"

92 2 0
                                    

Me paré en seco.

Estaba dentro del instituto dispuesto a ir a clase, presentarme y arrasar con todo pero, caí en la cuenta de que no sabía a qué clase iba. Suspiré. ¿Cómo podía ser así de tolai? Busqué la conserjería con la mirada y me dirigí hacia allí.

-Di...disculpe -una señora entrada en carnes y de una melenita rubia llena de bucles se giró hacía mi con aspecto de muy malas pulgas- esto, soy nuevo y .. emm ....

-Niño, sé rápido, ¿qué quieres? -me miraba con muy mal humor. Eso solo consiguió ponerme más nervioso.

-Ehh, es que hoy es mi primer dia y ...

-¿Me estás tomando el pelo? Hoy es el primer día de todos. ¿Acaso no has visto la hora que es? Vete ya a clase.

Cuando creí que mi cara iba a explotar por vergüenza extrema, una voz alta y un tanto infantil sonó detrás mia atrayendo la atención de todos los alrededor  presentes.

-Bueeeeenos dias Maritta, ¿que tal el verano? Vaya, has adelgazado ¿verdad? Estás más guapa.

Me giré y una cabeza de fuego ensangrentado captó por total mi atención. No cabía en mi de la sorpresa. A mi lado se hallaba el chico más guapo que había visto nunca. Su tez morena y exótica resaltaba con voluntad propia frente a mi pálidez enfermiza. Alto, con una presencia vibrante y llena de energía, desencajaba totalmente en este lugar tan apagado. Iba totalmente vestido de negro a excepción de una camiseta carmesí que se le pegaba peligrosamente al cuerpo. La camisa negra desabrochada le daba un aire de rebeldía junto a las pulseras y el reloj que llevaba en la muñeca izquierda.

-Arimas, cuánto tiempo. No me vengas con tonterías niñato ¿qué haces aún por aquí? Vete a clase.

-Ay Maritta, pero que dura, mujer, si yo vengo a ofrecerte todo el amor del mundo y tu me tratas así- puso una voz infantil y al terminar de hablar se puso a hacer pucheros.

-Eso no funciona conmigo cabroncete -sonríe. -Buscate a otra tonta con quién ligar. Y si vienes a darme coba para faltar a clase, vete olvidando ...

Observo la escena con un flipe de grado cinco en el cuerpo. Me resultaba sorprendente la cercanía y lo normal que hablaban, a pesar de que él era un simple estudiante.

Debía de tener una cara de lelo perdido porque el tal Arimas se giró hacia mí y me miró como si viera a una criatura nueva.

-¡Ostras! Perdón chaval, ¿estabas tu antes?

Sentí como mi cara se ponía colorada. Maritta también me miró y volvió a adoptar aquella pose de mala uva exprimida.

-Sí, éste estaba antes, pero no entendí nada de lo que me decía -canturrea ella.-Niño, deja de perder el tiempo y vete a clase.

<<Si pudiese ya estaría allí, ¿no te parece, vieja arrugada?>> pensé para mis adentros.

-Nunca te había visto antes -dijo de pronto Arimas. Mientras lo hacía se acercó demasiado a mi cara y me miraba como inspeccionándome. -No, realmente nunca te he visto. ¿Eres nuevo verdad?

<<Bingo para el moreno listillo>>

-S..sí -logré decir, lo cual era difícil pues tenia al machote ese casi pegado a mi cara.

-¿Eres nuevo? ¿Entonces qué quieres? -me pregunta Maritta con impaciencia.

-Verá, es que no pude venir a las presentaciones y no sé...

-¿Que no viniste a las presentaciones? Eso ya es problema tuyo.

Esta mujer me estaba empezando a desesperar. Estaba a punto de gritarle cinco cosas cuando Arimas derepente suelta:

Diario de un Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora