Prólogo del Gato Negro

655 8 0
                                    

-Me gustas -dijo ella.

-Lo siento , pero ahora no estoy interesado en mantener una relación -respondí yo.

-No, no pasa nada -estaba a punto de llorar. Ya ni me miraba a la cara- es normal que alguien como tú no se interese en alguien como yo. Siento haberte molestado.

Y echó a correr hacía el grupo de chicas que nos espiaba desde unos metros más atrás sin ningún disimulo. Antes de que todas se marchasen pude sentir sus miradas asesinas clavándose en mi cuerpo y escuchar comentarios como "no pasa nada cariño, ese gilipollas se lo pierde" o "se cree mucho porque es muy mono pero tu mereces algo mejor".

Suspiré. Realmente no entendía porqué en aquel momento era yo el malo. Mala era ella por, aparte de confesarme sus sentimientos no correspondidos, hacerme sentir culpable y gentuza por haberla rechazado.

Entrecerré los ojos. Estaba decidiendo qué hacer cuando mi móvil empezó a sonar. Lo saqué del bolsillo del pantalón y contesté sin mirar quién era.

-¿Qué?

-¿Ehhhhhh, qué maneras son esas de hablarle a tu hermana?

-Diana ¿qué quieres?

-Joder macho, que malfollado estás. Meh, si has terminado de putear por ahí ...

-Diana, no estoy de humor..

-Estoy con Mario en mi casa, estamos jugando a la play, si quieres vente.

Esto me lo conocía muy bien. Diana estaba perdidamente enamorada de Mario, pero él era tan lelo que no se daba cuenta, y a pesar de los esfuerzos de la pobre chica, Mario seguia tratándola como a una amiga.

-Si ya claro, ¿y qué hago yo entre esa mutante tensión sexual entre vosotros?

-¿Crees que hay tensión sexual?

¿Por qué su voz sonaba tan esperanzada?

-No Diana, me refiero a que no me apetece estar entre los brazacos que tiene Mario y tus babas.

-Oye tampoco hace falta ser tan cruel. Si quieres venir vente, si no que te den.

Y me cuelga.

La verdad es que no sabía porqué últimamente estaba de mal humor. Mientras me encaminaba hacia la casa de Diana, me sumí en mis pensamientos.

En mi casa las cosas no iban tan mal, no era perfecto pero sabía que podia empeorar, con mis amigos no habia cambios, todos seguian siendo igual de idiotas. En el insti... bueno, las clases nunca se me han dado muy bien pero incluso yo me sorprendo de que vaya aprobando todo.

¿Entonces? ¿Que es lo que me trastoca?

<< ...Bueno, entonces no pierdas tiempo conmigo y vete. Es más, no pierdas tiempo ni ahora ni nunca conmigo. Ni te me acerques, quedate con ella, seguro que es mejor que yo >>.

Sus palabras acudieron a mi mente y golpearon mi alma con la fuerza de un ejército de titanes. Las palabras de Mike.

Sí, ahora que lo pensaba, desde la última vez que hablamos, mi interior había empezado a desmoronarse. Nada me salía a derechas y no estaba a gusto conmigo mismo.

Me paré en seco.

Ahh, ¿desde cuándo las palabras de alguien, un simple chaval flacucho y gafotas me han empezado a doler tanto? ¿Por qué?>>.

Diario de un Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora