10. Gatos Verdes y un Rojo corazón descontrolado.

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Cuando sonó el timbre del recreo me sentí muy inquieto. Samantah a mi lado estaba igual. Y seguro que todos los demás del grupo también estaban así. Hoy era el dia en el que descubririamos el desenlace de la movida telenovelera entre nuestros dos gatitos. Además, según Mario, hoy habian venido Arimas y Carter así que si no aparecian en el patio seria porque no les daba la gana.

Como siempre, yo era de los primeros en salir de clase y cuando salí al patio apenas habia gente. Solía ser, junto a Sam, el primero en llegar a la Frikizone. Pero hoy fue distinto.

Ya habia dos personas allí. Entrecerré un poco los ojos para poder distinguirlos pero tampoco hizo mucha falta. Un movimiento del chaval que estaba alli hizo que la luz del sol le pegara de lleno en la cabeza y eso arrancó destellos pelirrojos a su cabellera. Y el otro, bueno, ese tenia la cabeza azul.

Me paré en seco y detuve a Samantah también. Con un cabeceo la indiqué que mirara en aquella dirección y los observamos. No parecia que hubiera tensión entre los dos. Es más, hablaban muy animadamente y de vez en cuando Arimas removia el pelo azul de Carter haciendo que este se molestara y riera a la vez.

-No parece que haya pasado una super movidoncia homosersual entre gatos -murmura Samy. Cómo no, no se la entiende.

-Pues no. Actuan normal -realmente estaba sorprendido.

-¿Por qué estais aqui parados como pasmarotes? -me giro y a mi lado aparece Diana.

Levanto el brazo y señalo a los dos chicos qu reían a carcajadas. Diana sigue con la mirada mi mano y se une al grupo de los flipo-en-colores.

-Pe..pero...¿están bien?-murmura.

-¿Qué mirais todos? -Lex y Dario aparecen y se ponen a nuestra altura. Samy señala con la cabeza el lugar dónde nos reunimos siempre y los dos levantan las cejas en señal de sorpresa.

-Vaya, estoy sorprendida. Creí que después del viernes no se hablarían o aparecerían con un ojo morado o la boca partida -suelta Lex. No se corta ni un pelo en decir las cosas.

-Yo también creí eso. O que empezarían a salir y nos ofrecerían fanservice gay-suelta Samantah, tan fina ella.

Aunque les miré mal por empezar a cuchichear de esa manera, admito que a mi también se me habia pasado esas dos ideas por la cabeza. También sopesé la posibilidad de que estuvieran ambos en el patio pero no se hablasen o que directamente y conociendolos, no aparecerían en unos cuantos días. 

Pero allí estaban, como si nada hubiera pasado. <<Aquí hay gato encerrado>>.

-¡BLAAAAAAAAAACK CAAAAT! -un grito hace que todos giremos la cabeza a la vez y Arimas también se gira, dándose cuenta de que todos estábamos quietos mirándole. Nos dedica una mirada interrogante pero enseguida se centra en la persona que le llama a gritos y viene corriendo hacia él.

Se levanta y el chico salta encima suya como una princesita reencontrandose con su enamorado. Del impulso Arimas casi se cae pero consigue frenarse y acaban dando vueltas como una auténtica parejita de enamorados.

-Amor mio, gatito lindo, te he echado tanto de menos -dice el idiota mazado de Mario Gómez..

-Oh mi adorado princeso, yo también te he echado de menos. Sentía cada segundo sin ti a mi lado como una lenta tortura que atenazaba mi alma y se clavaba en mi corazón con vil satisfacción -cómo no, Jhon respondió al juego de Mario.

-Y luego nos quejamos de que "la gente me toma por gay", ¿no Arimas?

Nikk aparece de la nada y se une al coro de risas que nos echamos a costa de Jhon y Mario.

Diario de un Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora