14. ¿Por qué eres tan especial para él?

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Como predije, la semana fue larga.

Larga e interesante.

Sumamente interesante.

Horriblemente interesante y divertida.

Y el motivo tenía nombre, motes y una personalidad que, aunque me costara creerlo, me encantaba.

Todos los recreos lo pasaba colocando la biblioteca con Arimas. Bueno, Jhon. Descubrí muchísimas cosas sobre él, si bien por su parte, también por parte de Andrea. Cuando se enteró de que ayudabamos juntos en la biblioteca puso una cara muy rara y desapareció durante una hora, aunque después volvió a aparecer y actuó como si nada hubiera pasado.

No le di importancia a su actitud y ella tampoco volvió a actuar así. Milán por su parte no estaba del todo convencido con el hecho de que me llevara bien con Arimas. Decía que él podía ser muy majo y buena gente, pero que no debia fiarme, porque yo no sabía qué habia pasado hace unos años con Arimas y sus amigos, y cuando le preguntaba al respecto, cambiaba de tema.

A pesar del comportamiento extraño de mis amigos y el misterio que envolvia el pasado de Jhon, seguí hablando con él. Todos los recreos hablabamos sin parar, teníamos muchísimas cosas en común. Me contó sobre su familia, sobre su padre que los había abandonado a su madre, a él y a sus hermanos... Recordé el recreo en el que me acordé de lo que dijo mi hermano y reuní valor para preguntarselo.

-Oye Arimas... ¿ese es tu nombre de verdad?

Él estaba colocando unos libros en la parte mas alta de la estantería porque yo no llegaba. Se echó a reír y al terminar se sentó a mi lado y me dijo entre risas:

-No, ese es un mote, apodo, como me suele llamar la gente. Mike por favor, ¿realmente crees que haya alguien en el mundo que se llame Arimas?

Me sentí muy avergonzado. Bajé la cabeza irritado y me puse a ojear un libro que habia cerca mia.

-En realidad me llamo Jhon Di Castro Gnecco.

Levanté la cabeza sorprendido. Su nombre era super raro y exótico.

-¿Jhon Di Castro Gnneco?

-No no, mi apellido se pronuncia como ... como gato en japonés.

-¿Gato? -me acordé de que en Japón "gato" era "neko". Se lo dije.

-Exactamente -hace una pausa.- La verdad es que de ahí viene mi mote de Black Cat; el idiota de Carter se cachondeaba mucho de eso.

Me repetí su nombre completo mentalmente una y otra vez. Sonaba tan bien, tan genial, como el nombre de un prota de novela. Y encima le quedaba increiblemente bien a el.

-Ah, pero no hace falta que te aprendas mi apellido. Casi nunca lo pronuncian bien. Y tampoco hace falta que me llames por mis nombres, no me gusta mucho. Tan solo llamame Arimas.

-Te llamaré Jhon -dije mirandole a la cara.

-¿Eh? Mike, ¿me has oido?

-Si, pero tú me llamas Mike a pesar de que te dije que no me gustaba que me llamaran por mi primer nombre, asi que yo tambien te llamaré por tu primer nombre.

Me miró sorprendido. Yo también estaba sorprendido por lo que acababa de decir, pero realmente me molestaba que me llamaran por mi primer nombre, y el lo hizo desde el principio.

-Di Castro ... ¿de dónde es? Oh, es verdad, llevo unos cuantos días preguntándomelo. ¿Tú de dónde eres?

-¿Así que llevas unos cuantos dias pensando en mi, eh?-me sonrojé y el se rió.-Mike por favor, ¿te vas a colorar cada vez que te diga algo?

Diario de un Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora