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Dijimos que íbamos a estar

los dos

para los dos

cuando nos necesitemos.

Qué íbamos a saber

cuándo el otro necesitaba amor

y ser escuchando.

Cuando debíamos alejarnos

porque el otro necesitaba estar solo.

Dijimos que íbamos a estar

juntos en las malas y en las buenas

los dos

para los dos.

Hablamos sobre tantos sueños.

Hubo un tiempo donde

yo estaba para vos,

dónde sólo perseguía

tus sueños

y tenía un egoísmo ajeno

al cual debía satisfacer.

Estaba por y para vos,

lo que sea que quieras,

lo que necesites,

sin importar lo que yo sentía

y ahora las cosas cambiaron.

Quién sabrá dónde estás vos

y para quién estás.

Pero, gracias

pude aprender a valorar mi compañía

y ahora

estoy yo para mí.



Ausencia repentina©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora