Me pongo feliz al verte feliz.
Nos hicimos mucho daño.
Y nunca tuvimos una despedida acorde a lo que pasamos. Hubiera preferido un abrazo, un beso en la mejilla y decirte: sólo quiero que seas feliz. Pasó mucho tiempo, casi un año y medio o quizás un poco más desde nuestro último beso; los lindos recuerdos permanecen y yo decidí quedarme con lo bueno de nosotros y el aprendizaje.
Aprendí a amarme y a soltar, a elegir mi felicidad y darte la posibilidad para que elijas.
Sí, eso, elegí ser feliz, siempre feliz y llena de paz y tranquilidad.
Eso pido yo.
Lo siento si ya dejé de pedir por vos, es que me doy cuenta que no lo necesitas. No llegamos a nada pero fuimos mucho y fuimos uno solo en varias oportunidades. Un entero que a veces tenía las partes rotas pero que seguían, buscando un poco de... vida.
Ahora ya logré soltarte, logré ser feliz y estar más feliz al verte sonreír.
Y eso es lo único que merecés, si suena repetitivo esto que escribo, pido disculpas, pero este amor me marcó como nunca.
Y nada, gracias... gracias por todo.
Seguí siendo feliz y seguí superando tus propios obstáculos.
Sos una maravillosa persona, y te voy a tener demasiado aprecio.
Sonreí mucho, gracias.
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Ausencia repentina©
PoesíaPorque simplemente, a veces, dejamos de ser. Esto no se trata sólo del amor y la manera en que un corazón roto enfrenta al mundo. Lo escribí entre septiembre del 2017 y finalizó en febrero del 2018. Mi realidad es muy diferente ahora y aun así quie...