Me encantaba mirarte
y después describir tus ojos.
Escuchar tus chistes
sumado a la risa
y quedarme encantada
perdida entre tus líneas.
Prestaba atención
a tus pensamientos
y cómo de estos
aparecían tus creencias.
Cada parte tuya
era algo que admirar
y después poder plasmar
todos tus detalles
y los que más te molestaban
eran los que me fascinaban.
No llegué a saber
qué música te gustaba
y es que todo fue tan rápido
que ni me percaté
del daño que estaba
haciéndome por querer
mirarte cada vez más
y así seguir luchando
por vos
y por estar juntos.
Aunque ya te estabas yendo
y llegó el momento
en que había vacíos en tu lugar
al igual que en mi
corazón.
Te habías ido
y no logré mostrarte
cada texto que escribí en tu nombre
sabiendo que vos eras
arte exclusiva que yo
llegué a ver.
Mis manos no paran de llorar
y mis ojos sólo quieren leer
lo lindo que escribí
cuando estábamos juntos.
Es que, cariño,
en esos días de tu partida
todo a mí alrededor
hablaba en tu nombre
y tenía tu esencia.
Mis temores
incluso hasta mis fantasmas
también te extrañaban
y mi corazón rechazaba
a gritos tu adiós.
Estaba acostumbra a vos
y debía estar cómoda conmigo
y la soledad
que estaba presente en todos
esos textos llenos de armonías
que al pronunciarlos en voz alta
decían: vuelve que estoy perdida.
El tiempo ayudó
a darme más espacio
para que pueda escribir
sobre tu rechazo
y el amor que iba desarrollando
por mí, por mis pedazos.
Pero
todo va a estar bien,
porque ahora
hay muchos poemas que ya
dejaron de hablar de vos.
ESTÁS LEYENDO
Ausencia repentina©
PoesíaPorque simplemente, a veces, dejamos de ser. Esto no se trata sólo del amor y la manera en que un corazón roto enfrenta al mundo. Lo escribí entre septiembre del 2017 y finalizó en febrero del 2018. Mi realidad es muy diferente ahora y aun así quie...