Unos veinte minutos después ya había terminado mi gran desayuno de churros con chocolate caliente y le había contado a Alice todo lo que había ocurrido la noche anterior, como era de esperar se había puesto como una loca y había estado cinco minutos, aproximadamente, preguntándome cómo fue y cómo se comportó Daniel al hacerlo, yo, como buena amiga que era, había respondido a todas sus preguntas pacientemente, hasta que se quedó sin cosa a que preguntar o decir.
Decidí revisar mi teléfono, entrando de paso en WhatsApp para comprobar que mi madre no me había escrito, aunque, en realidad, mi subconsciente sabía bien que lo que esperaba con ansias era ver en mi bandeja de entrada un mensaje de un número desconocido, un número desconocido que resultara ser el de Daniel. Al parecer mis esperanzas se vieron reflejadas en la pantalla del móvil, ya que se podía ver claramente como un número que yo no tenía agregado a contactos me había mandado un breve mensaje diciendo:
<Número desconocido
Hola, Rebbeca, no me importaría repetir lo de anoche.No me lo pensé dos veces antes de responder, aunque durante unos segundos me quedé con el teclado abierto, sin saber exactamente que escribirle, hasta que finalmente me decidí.
Yo>
Holaa. Eres Daniel, ¿no? Supongo que sí, a mí tampoco me importaría repetirlo, la verdad...Me mordí el labio inconscientemente, esperando quizá que respondiera a mi mensaje con rapidez, pero yo ya sabía que tardaría aún un rato, él me había mandado el mensaje diez minutos antes de que yo contestara, además, en esos instantes no estaba en línea, así que, por ese momento, simplemente lo agregué de manera sencilla: Daniel.
✖✖✖
A partir de ahí pasé unas tres horas dando vueltas por mi casa, esperando a tener alguna noticia de Daniel, realmente me sentía muy tonta por estar así, pero no podía perder mi virginidad con alguien y luego hacer como si nada hubiera pasado, como si esa persona no existiera.
Me encontraba sentada en el sofá, viendo una película aburrida en la televisión, cuando el sonido de mi móvil le dio un poco de ánimo a la situación, lo cogí entre mis manos y, al ver el nombre que estaba en la pantalla, el corazón me dio un vuelco: Daniel. Cogí la llamada, he de admitir que estaba demasiado nerviosa por saber que quería, por saber por qué me llamaba en esos momentos, aún así, los nervios no se comparaban con la ilusión que me hacía aquella llamada.
—Hola guapa. ¿Dónde vives? —me preguntó Daniel, con una voz ronca tan sexy que me dieron ganas de besar el teléfono.
—Hola Daniel... —murmuré sin poder evitar sonreír para mis adentros, dicho eso, le dije mi dirección con la mayor lentitud posible para que la recordara o pudiera apuntalar en algún lugar.
—Hasta dentro de unos minutos, preciosa. —comentó, segundos antes de colgar y dejarme con la palabra en la boca.
Miré la pantalla del móvil que, tras unos breves instantes, se tornó de color negro, estaba aturdida, aquellas últimas palabras me habían dejado descolocada, no sabía que hacer. Tardé unos cinco minutos en asimilar todo aquello, cinco minutos, una vez transcurrido ese tiempo el sonido del timbre hizo que dejara de plantearme lo que había dicho Daniel.
Sobresaltada, me levanté con rapidez del sofá y caminé hasta el recibidor, una vez allí, me miré al espejo pequeño que había colgado de la pared, para qué mentir, esperaba que fuera Daniel. Al abrir la puerta, experimenté un golpazo de sentimientos en un barullo que me hizo estremecer.
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Hoy no toca capítulo, pero como estoy de buen humor y he escrito un montón en dos días he decidido colgar :3.
Os quieruu. ❤
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Tímida ·Daniel Oviedo·
FanfictionNo todo es lo que parece. Nadie es como uno cree. Nunca te fíes de las apariencias. Un moño alto y unas gafas de alambre pueden ocultar más secretos de los que crees. ----------- •ProyectoGmlrs• ▶Inspirada en la canción del dúo de cantantes españole...