Capítulo 5: ¿Surfea?

38 2 0
                                    

Le dí mis llaves a Miryam, la cuál me miraba a los ojos fijamente. Sus ojos azules y los míos verdes parecían que estaban compitiendo haber quien ganaba una batalla inexistente.

- Dieter, amor ¿Vas a dejarle tu coche?

- Sí, vais las chicas juntas. ¿Por que?

- Por que a mi no me lo dejas.

- Por que tu no chocaste tú coche contra un árbol. - dije con ironía y alzé mis cejas.

- ¡Grrrrr! -Se mosqueo y se fue a montar en el coche.

- ¡Vaya cabreó que ha cogido!.

- La verdad duele.

- Dieter deja a mi prima y móntate ya en el coche. -Axel dijo sacando la cabeza por la ventanilla del coche.

Me subí y empezó a abrir la capota.

No me creí que fuera todo el camino oyendo flamenco, ¡vaya! no me esperaba que le gustase el Camarón de la Isla.

- Al fin, vamos a tu coche a cojer las tablas.

- Vamos.

Los tres fuimos a mi coche y bajamos las tablas de surf, las pusimos en mi coche que tenia baca, ya que yo solía surfear con mis padres.

- No tienes pinta de surfero.

- Axel no me hace falta tener pinta. Tu no tienes pinta de que te guste el flamenco.

- Me gusta la música. Todo tipo.

- ¿Cómo que surfeais?

- Mis padres y los suyos nos enseñaron desde que eramos pequeños.

- Vaya yo tuve que ir a clases de surf, que suerte tienes.

- Sí y enseñé a la zanahoria a surfear.

- ¿Suerfea?

- ¡Y tanto! Si la vieras.

- Tengo que verla si o si.

- No lo hará con bikini.

- Se le deja una camiseta y listo.

- Solución al canto. -Respondió el rubiales.

○● Miryam ●○

- No trabajáis pero ¿Entonces estudiais?

- Yo estudio bachillerato de letras y Eva estudia peluquería. ¿Y tu?

- Ciencias tecnológicas y un curso de inglés.

- ¡Pelirroja! - Oí cómo me llamaba el dueño del cochazo que conduje.

- Dime. -Me volví a mirarlo.

- Enséñanos tus dotes de Surfera.

- ¿Estas loco? Con el bikini si viene una ola me lo quita.

- Te pones una camiseta, yo te presto la mía.

- Me presta el coche, tu camiseta, ya mismo me prestas tus calzones morenazo.

- Eso no pequitas, tanta confianza no hay.

Nos reímos y estire mi mano esperando su camiseta. El me la dió y yo me la puse, le quité la tabla de surf que iba a usar, era mi favorita, ya que fué con la que mi primo me enseñó. Empecé a entrar en el agua que estaba ultra congelada.

○● Dieter ●○

Vi como se metía muy decidida, por la hora que era y el tiempo que hacía el agua debía de estar fresquita.

¡Madre mía! ¿Que sí surfeaba? Era increíble como cogía las olas.

- ¿A que lo hace bien?

- Tú prima es increíble con las olas.

- La enseñé yo.

- Toma. -Me tendió Unax la tabla.

Me fuí al agua con ella. Tremenda ola me tiró de la tabla, miré por todos lados buscando a la pelirroja. ¿Y adivinen donde estaba? Aún sobre la tabla. Mientras yo seguía medio aturdido.

La Chica De Cabello PelirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora